Flora y fauna de Malpica de Tajo



 

El Gavilán (Accipiter nisus)

Etimología

El nombre genérico Accipiter provienen del latín {accipiter, tris, de accipio (ad y capio): coger, tomar, recibir} que significa "gavilán, halcón, ave de presa". El epíteto específico nisus procede del latín {Nisus} que según el mito era hijo de Pandion, rey de Megara que se convirtió en halcón después de que su hija, Scylla, fuera traicionada por Minos de Creta. Ella se convirtió en alondra, condenada a volar siempre temerosa del vuelo de su padre.

El Gavilán

Descripción

El gavilán es una rapaz diurna de pequeño tamaño. La mayor parte de los machos de gavilanes son poco mayores que un Mirlo Común (Turdus merula), midiendo entre 28 y 31 centímetros de longitud y pesando 110-170 gr., mientras que casi todas las hembras miden de 38 a 41 cm. y pesan 210-280 gr. Su cabeza es corta y pequeña, la hembra posee una lista ocular clara y las diferencias entre ambos sexos son bastante significativas. Las hembras son bastante más grandes, con las listas de color gris en el vientre y la parte dorsal de color azul. El macho tiene el vientre con dibujos de rayas horizontales de color anaranjado. Sus tarsos y dedos son de color amarillo, más finos que los del azor ( Accipiter gentilis), y sus garras son finas y afiladas para prender con facilidad a sus presas. El pico es corto y con forma de garra para desgarrar la carne de sus presas. El color de los ojos puede variar según la edad del ejemplar, pudiendo ser amarillo, naranja o rojo. Su cola, larga y rectangular, que luce cuatro o cinco bandas de color oscuro, esta diseñada para poder realizar acrobáticas maniobras de vuelo entre la espesura del bosque. Los machos inmaduros son marrones por encima, teniendo muchas plumas los bordes rojizos. Las partes inferiores son blancas o pardo claro rayadas de marrón oscuro en la garganta, pecho, vientre y flancos con barras marrón oscuro formando pequeñas manchas acorazonadas o como cabezas de flecha. La cola es marrón con franjas más oscuras, igual que en los adultos.

Vuelo del gavilán

Las hembras inmaduras difieren de los machos en detalles muy someros, como tener los bordes rojizos de las plumas más estrechos y las partes inferiores blancas más oscuramente rayadas que en aquéllos. Los ojos de ambos sexos son al principio de color gris verdoso, pero pronto cambian al amarillo. También la cera del pico y los pies son verdosos. Estos inmaduros alcanzan el plumaje de adultos después de un año, completando la muda en julio o agosto. Con este plumaje ambos sexos crían ya en su primer año. Realmente en este primer año de vida los sexos se distinguen mucho mejor por la gran diferencia de tamaño que existe entre machos y hembras, éstas casi una tercera parte mayores. Las variaciones individuales en el color tanto de jóvenes como de adultos, son muy grandes y cuestra trabajo dar un patrón exacto cuando se han visto muchos en pleno campo. Especialmente complicado es el color de las partes inferiores, que pueden tener un fondo blanco, blanquecino y hasta naranja pálido y las rayas transversales ser marrones, rojizas, achocolatadas, etc.

Etología y hábitat

Su hábitat esta asociado a zonas boscosas, aunque también se ha observado en zonas cercanas al hombre, jardines y parques donde son abundantes las presas. En verano se le ha detectado acudiendo a beber a fuentes y manantiales donde refrescarse y limpiar su plumaje. Desde un posadero bien escogido vigila atentamente las ramas de los árboles y el suelo, efectuando de vez en cuando rápidos vuelos, bien en persecución de cualquier pájaro que se acerca a su zona o para cambiar de lugar. Con frecuencia vuela muy rápido siguiendo la línea de un matorral a baja altura, con dos o tres batidos de alas y prolongados y hábiles planeos por entre la vegetación arbustiva y las ramas de los árboles, ladeándose al atravesar un paso estrecho de enmarañada vegetación. A veces, y no tan infrecuentemente como se dice, vuela alto, bien sobre el mismo bosque o también por encima de la campiña, y cuando lo hace en campo abierto casi se pierde de vista elevándose por encima de los 100 metros. Estos vuelos no parecen relacionados con la captura de presas, pues aparte de la enorme altura no se ve al pájaro nunca efectuar un rápido picado, sino que transcurridos unos minutos busca de nuevo el bosque para posarse. Cuando dentro del bosque o en el lindero de un campo persigue a un pequeño pájaro su fiereza es tan grande que vuela incluso por entre las casas siguiendo a la presa. Su presencia dentro de un bosque se revela para un atento observador al encontrar los desplumaderos de las presas bien en un tocón de un árbol viejo, en el suelo, en una rama o sobre una roca, lugares donde comienza a despedazar a su víctima quitándole previamente las plumas. El vuelo del gavilán es bastante acrobático. Esta preparado para cazar aves en pleno vuelo, de ahí que su agilidad debe de ser importante. Sus aleteos son fuertes y los planeos no los realizan a gran altura del suelo, de ahí que se confunda con la maleza y sea difícil de detectar. Para cazar, utiliza un posadero desde el que parece estudiar y predecir cuales serán los movimientos de su presa.

El gavilán es una especie migratoria, de paso y sedentaria, aunque aún hay un gran número de individuos que pasan el invierno en África, algunos ejemplares quedan durante todo el año dentro del Parque Natural. Hay que tener en cuenta que es una de las aves que ha sufrido un fuerte retroceso debido al envenenamiento por el uso de pesticidas y a la caza indiscriminada. Su población es siempre difícil de determinar debido a que permanece mucho tiempo en silencio y en un habitad muy cerrado.

El Gavilán se basa en el ataque por sorpresa como técnica de caza. Vuela rápidamente a lo largo de un soto y, de repente, se lanza hacia arriba para caer sobre un confiado grupo de fringílidos, atrapa una víctima y sigue su vuelo. Si la presa escapa, la rapaz raramente intenta otro ataque. Las principales víctimas del gavilán macho son los pájaros pequeños, pero la hembra, de mayor tamaño, ocasionalmente mata aves tan grandes como una paloma. Los gavilanes también comen pollos de aves de caza; «crimen» por el que han sufrido una persecución a gran escala por los cazadores, hasta que muy recientemente se les dio protección legal. Es probable que el Gavilán haya padecido también las consecuencias de los pesticidas agrícolas. De cualquier manera, es una de las rapaces cuyo número ha descendido más en España, seguramente debido a la persecución de que ha sido objeto. El macho caza solo mientras la hembra está incubando, posándose en uno de sus «desplumaderos» con su presa y reclamando a su compañera, para alimentarla, con un ronco y rechinante «qui-qui-qui-qui».

Alimentación

El gavilán se alimenta de aves pequeñas principalmente, aunque también puede cazar algunos pequeños mamíferos, pequeños ratones y musarañas, así como algunos insectos.

Reproducción

El nido del gavilán esta situado cerca del tronco de un árbol, preferentemente de coníferas, a una altura bastante considerable (más de seis metros) y suele estar fabricado de pequeñas ramitas que están entrelazadas formando una plataforma suficientemente estable como para albergar a la hembra y a cuatro o cinco poyos. La nidada suele ser tardía, entrado ya el mes de junio. El macho se ocupa de alimentar a la hembra durante la incubación trasladándose a un posadero donde le aporta el alimento cerca del nido. Los huevos son de color azul verdoso pálido con manchas de color sangre seca y su número puede oscilar entre tres y cinco en cada puesta. Cuatro es la cifra más corrientemente anotada en muchos años. Ocasionalmente cinco y seis muy rara vez. Son dejados con intervalos variables, iguales al parecer para cada hembra y corrientemente cada dos días, pero una bien observada lo hacía cada cuatro días. Los huevos tienen forma casi esférica muy ligeramente ovalados y las manchas oscuras se agrupan alrededor de la parte más archa. La incubación parece empezar con la puesta del segundo huevo, aunque se estima que hasta que aquélla no está concluida, la hembra más que incubando parece estar agachada en el nido, puesto que al aproximarse a él, volaba inmediatamente, conducta que no tenía después de completar la puesta.

gavilán en su nido

Cuando el macho trae presas para alimentar a la hembra la llama con un sonido característico. Inmediatamente ella se levanta y se posa en una rama próxima donde come por cortos intervalos, manteniéndose, no obstante, muy alerta, sobre todo si el macho se posa en el nido y revuelve con el pico su estructura. A los 3 ó 4 días del comienzo de la incubación la hembra inicia la muda del plumaje. Aquélla dura de 32 a 35 días. Al principio los pollos están cubiertos con plumón blanco y a los diez días ya se pueden diferenciar los machos de las hembras por tener estas las patas más largas. Durante estos primeros días de la cría la hembra cubre a los pollos continuamente protegiéndolos del sol y de la lluvia, bien abriendo las alas o inflando el plumaje. A partir de los 15 días se distinguen por el tamaño los machos de las hembras y son capaces de rasgar la carne de las presas. Desde los 13 días ya les empiezan a nacer las plumas que cubren casi todo el cuerpo al tener 21 días, completando el plumaje entre los 26 y 28 días. En esta edad son muy agresivos los pequeños gavilanes abriendo el pico amenazadoramente y aleteando hacia adelante. A los 28 días y recién emplumados, los machos salen antes del nido que las hembras y se colocan en ramas próximas. Dos días después los siguen éstas y todos arman un gran coro de chillidos. Durante toda la cría el macho provee las presas, cazando en las proximidades del nido, pero cuando aquéllas van disminuyendo y las necesidades son mayores, pueden alejarse hasta 2 ó 3 kilómetros. A partir de las 3 semanas de vida los pequeños gavilanes permanecen mucho tiempo solos en el nido, trayendo el macho abundantes presas que ellos despedazan en parte. Por estas fechas la hembra ha completado la muda y entonces caza en las proximidades atrapando presas grandes en razón de su mayor potencia y tamaño, lo que beneficia a los pollos que en pocos días están muy fuertes y gruesos. Hasta que no alcanzan los 40 días de edad los jóvenes no son capaces de matar las presas y la captura de pequeños pájaros con poco exito aún la hacen después de los 50 días. Es muy probable que los insectos sean sus primeras presas, especialmente los escarabajos volantes tan abundantes en el mes de agosto. La mortalidad de los gavilanes en el primer año de vida es grande. Los jóvenes al salir del nido suelen posarse en el suelo con mucha frecuencia y son muy ruidosos. De este modo resultan fácilmente descubiertos por los depredadores. Pero también sucede que en los primeros meses de vida dejan los bosques y vuelan y cazan en campo abierto. Posiblemente esta conducta es una causa importante que contribuye a aumentar el índice de mortalidad, pues coincide en el tiempo con la apertura de la veda de caza y a pesar de la prohibición legal de cazar aves de presa, algunos desaprensivos no resisten la tentación de disparar al gavilán. Se calcula que la mortalidad en este primer año de vida puede alcanzar al 65-70 por 100 y pocos gavilanes viven más allá de su segundo año, con un máximo comprobado de 8 años en estado silvestre. Una causa frecuente de mortalidad entre los pollos de Gavilán Común en sus primeros días de vida es la desaparición de la hembra. Como de ésta depende totalmente la cría y ceba de los pollos en los primeros días, su muerte puede ocasionar inmediatamente la de los jóvenes, aunque el macho, que no ceba, siga aportando presas al nido. Bannerman (1956), cuenta el caso de un nido en el que nueve horas después de haber sido muerta de un tiro una hembra de gavilán, los pollos fueron encontrados casi enterrados bajo dieciséis pájaros recién muertos, todos intactos. La sex ratio de los pollos en el nido es igual. La cría corriente de cuatro pollos da invariablemente dos hembras y dos machos.