Flora y fauna de Malpica de Tajo


 

Mesto de Valdecelá en Pajarquemao

Tuve noticias de la existencia del Mesto de Valdecelá una tarde de palomas (en realidad fue una tarde de excursión campestre ya que sólo cobró un ejemplar) de finales del verano, por medio de mi amigo Gaspar quién, sabedor de mi fascinación por la flora y la fauna, me mostró el majestuoso árbol sobresaliendo orgulloso sobre la vegetación circundante en el valle de Valdecelá. Después ha venido constituyendo tema de conversación recurrente de determinado círculo de clientes del Mesón.

Etimología del Mesto

Mesto o Mexto proviene del castellano antiguo que significaba "mixto" o "mezcaldo", haciendo alusión a su hibridación, ya que Mesto es el nombre español que se ha venido asignando, desde antiguo, a cualquier árbol híbrido entre dos especies, pero que ha terminado reservado casi en exclusiva (por la frecuencia con la que ocurre) a los híbridos del género Quercus (árboles -o arbustos- productores de bellotas).


Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)

Descripción del Mesto

La hibridación en el género Quercus es un fenómeno relativamente frecuente y posiblemente de gran importancia ecológica y evolutiva por sus adaptaciones al medio en que se desenvuelven. Los Quercus pueden hibridarse entre sí casi todos, pero lo hacen con más facilidad aquellos más cercanos en sus características (como el tipo de hoja: perisistente-marcescente-caediza) o en su genética (por subgéneros). Los mestos no son especies propias aunque algunos vayan especiando, son nothospecies, (notho: híbrido), se nombran por la combinación de sus padres o con el binomio: Género y la notación "x" previo al nombre nothoespecífico. Los mestos más comunes, hay más de una quincena, son:

Quercus x senneniana = Quercus faginea x Q. rotundifolia

Quercus x neomairei (welwitschii) = Quercus faginea x Q. pyrenaica

Quercus x morisii = Quercus rotundifolia (ilex) x Q. suber

Quercus x hispanica = Q. faginea x Q. suber.

Esos híbridos heredarán características intermedias entre sus parentales, tanto físicas como ecológicas, y, en situaciones de stress ambiental, prevalecerán las especies más adaptables.

Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)

Distribución y hábitat

Aseguran que el Mesto de Valdecelá es un híbrido, entre alcornoque y encina, pues su corteza, ni es tan "suberosa" como la del alcornoque ni tan "lisa" como la de la encina y sus hojas parecen intermedias entre las de ambas variedades de quercus. Yo, aunque albergo mis dudas por la ausencia de alcornoques en las proximidades, por el porte, altura y envergadura, la estructura de sus ramas y la escasez de sus hojas, así lo considero, a falta de un posterior estudio de sus inflorescencias y frutos, aunque lo más fiable sería el estudio del geneoma, que está fuera de mis humildes posibilidades. O sea lo considero, de entrada y a falta de ulteriores estudios y posterior constatación, de un ejemplar de mesto de Quercusxmorisii.

¿Cómo ha llegado a desarrollarse este majestuoso y solitario ejemplar de mesto en pleno valle de Valdecelá? La teoría nos dice hubo de haber una encina (muy abundante en toda la zona) que fue polinizada con polen de alcornoque (¿de dónde?) y alguna de sus bellotas híbridas fueron transportadas a ese lugar por ¿animales? en donde germinó. Ambas especies son protándricas y, al ser la encina de floración más temprana, los cruzamientos en que el alcornoque actúa como donante de polen se ven favorecidos, mientras que la probabilidad de los cruzamientos inversos es muy baja. Como en la mayor parte de las angiospermas, el ADN de los plastidios celulares en los Quercus se hereda por vía materna, de modo que este híbrido portaría cloroplastos y mitocondrias característicos de la encina.

Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Tronco del mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Tronco del mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Tronco del mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Ramas y hojas del mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)
Mesto de Valdecelá (Malpica de Tajo)

En las cercanías de Montalbán de Córdoba, entre unos viejos olivares, cuyos terrenos son llamados por los vecinos el pago de Las Rosas, hubo un mesto aislado (como el de Valdecelá) que tenía ya más de ochocientos años. Su porte era admirable, pero su tronco, abierto por la edad, fue blanco de la insensatez humana y las fogatas que en su interior se prendieron le provocó un deterioro alarmante de su estado de salud. Pese a los esfuerzos de algunos jóvenes voluntarios por recuperarlo, pasado el tiempo su tronco quebró y dio con toda su copa en tierra; esto ocurrió una hora un aciago día de mitad del verano de 1995.

El poeta cordobés Prudencio Salces escribió un libro de poemas, "El mesto de las Rosas", en memoria de este árbol singular que fue merecedor del primer premio en el XII Certamen de posesía Juan Bernier en Córdoba, aquí reproduzco uno de los poemas, del poeta Prudencio Salces (el de la introducción), titulado "Hombre parecido a un árbol" con el que, en cierta manera, me identifico :

Hombre parecido a un árbol


Un hombre solitario,
que es siempre una sospecha en entredicho,
se parece a esos árboles sin bosque,
sin amigos, que vemos allá lejos,
olvidado en un cerro
o en la desolación de la llanura.
Son árboles extraños,
nacidos sin tal vez
de una semilla errante,
o plantados adrede con amor,
o bien que despreciados por el hacha
crecieron como huellas insumisas.
Un hombre solitario,
que es siempre una sospecha en las tabernas,
se parece a esos árboles que alteran
la esquila del paisaje,
y es mirado al trasluz, en entredicho.
Se bebe el vino a tragos de olvidos y recuerdos:
si habla es con voz etérea
u oculta las pasiones de la brisa,
y en las horas más duras busca la soledad del otro cuerpo
con ese mismo afán de un árbol solo.
Y así era el mesto aquel,
forma y arista,
cuya hibridez descomunal descomponía
la suavidad del olivar tan obediente,
y estando, voz del tiempo, solitario,
allá sobre la campiña
siendo su lugar la sierra,
con tal orgullo mostraba su pasado
que consiguió un nombre propio entre las gentes.
¿Cuántos hombres no sueñan ser así,
como ese árbol?