Flora y fauna de Malpica de Tajo


 

El Murciélago (Pipistrellus pipistrellus)

Etimología

El nombre genérico Pipistrellus procede del italiano {pipistrello} que a su vez deriva del latín {vespertilio, vesper} y significa "la tarde". El nombre específico Pipistrellus procede del italiano {pipistrello} que a su vez deriva del latín {vespertilio, vesper} y significa "la tarde".

Características

Los murciélagos (Chiroptera) son los únicos mamíferos voladores. Sus alas son amplias expansiones de piel (patagio), sustentada por sus patas anteriores, alargadas como varillas de paraguas, y unida al cuerpo a lo largo de los costados y la superficie externa de las patas posteriores. Las alas facilitan la pérdida de calor y humedad por parte del animal, lo que tiene importantes implicaciones en su biología.

En la península Ibérica, a las 25 especies conocidas hasta hace pocos años se han unido otra 3 descubiertas recientemente (Myotis alcathoe, Plecotus macrobullaris, Pipistrellus pygmaeus), y es muy posible que el número crezca gracias a los estudios genéticos en curso. Se reparten en 4 familias: Vespertilionidae (22 especies), Rhinolophidae (4 especies), Miniopteridae (1 especie) y Molossidae (1 especie).

Murciélago

Hábitat y etología

Para evitar la desecación, los predadores y la competencia de las aves, pasan el día en cuevas y minas (especies troglófilas), en grietas de edificios y paredes rocosas (fisurícolas) o en huecos de árboles (arborícolas), que abandonan para cazar al anochecer. La oscuridad les obliga a usar un método de orientación similar al radar, la ecolocalización. El animal emite ultrasonidos por la boca o, como en los murciélagos de herradura, por la nariz. Estos rebotan en los objetos y, gracias a los cambios que el animal detecta entre sus gritos y lo que oye, obtiene una “imagen” de su entorno. Por otra parte, la pérdida de calor a través del patagio hace que gasten más energía que otros mamíferos para mantener su temperatura. Si a esto unimos que todos los murciélagos europeos son básicamente insectívoros y sus presas desaparecen en invierno, no extraña que hayan tenido que adaptarse para, comiendo lo más posible entre marzo y octubre (periodo de actividad), gastar el mínimo de nutrientes en ese periodo y acumularlos para usarlos durante el invierno. Esto lo hacen gracias al torpor. El torpor consiste en que el murciélago deja de intentar mantener su temperatura igualándola con la del ambiente, y transforma la energía ahorrada en grasa. Los machos lo usan durante todo el periodo de actividad, pasando el día “atontados” y despertando cada tarde, y cuanto más fresco sea el refugio que usan, más ahorrarán. Las hembras deben permanecer despiertas para gestar y cuidar a las crías, por lo que buscan refugios cálidos en los que no gasten tanto en mantener el calor corporal, y situados cerca de los mejores cazaderos. El resultado es que los sexos viven separados durante el periodo de cría y sólo se reúnen en otoño para el celo. Y continúan juntos en invierno, momento en el que buscan lugares en los que entran en torpor durante meses, con temperaturas muy frías que permiten que la grasa acumulada les dure hasta primavera. Es la hibernación.

Murcielago con rana

En cualquier caso, se ha de tener en cuenta que casi todas las especies están amenazadas y protegidas por la ley, y es ilegal capturarlos sin permiso expreso de la Consejería de Medio Ambiente. También esta prohibido molestarlos en sus refugios, por lo que si encontramos casualmente alguna colonia, hemos de abandonar el lugar inmediatamente. Se trata de animales muy delicados y una de las principales amenazas que padecen son, precisamente, las molestias en sus refugios. En cuanto a los indicios que dejan, hemos de olvidar las huellas, ya que no andan, y centrarnos en los excrementos y manchas de posadero. Los primeros se parecen, de entrada, a los de ratón. Sin embargo, si los cogemos, se deshacen fácilmente con los dedos y aparecen formados por fragmentos de insectos. Suelen ser negros o pardo oscuro rojizo y brillantes, aunque con el paso del tiempo se vuelven pardo-claros o grisáceos y, si el suelo es húmedo, se cubren de hongos blancos. Los encontraremos dentro de cuevas y minas o, caso de las especies fisurícolas, bajo las grietas en las que se refugian. Su número va a ser variable, según el número de animales que lo produzcan, y en las grandes colonias se pueden acumular por toneladas. Por su parte, las manchas de posadero se van a producir por el roce del animal con el sustrato en el que se posa o con la entrada de las fisuras en las que se esconden, debido a la orina, la grasa cutánea o secreciones glandulares. Aunque el estudio de los indicios dejados por estos animales está en sus comienzos, veremos que nos pueden dar pistas sobre la especie, el número de animales y la época del año en la que los crearon.

Cabeza de muercielago

Alimentación

La diversidad de Chiroptera se corresponde con una gran variedad de comportamientos, entre los que destacan los asociados a las formas de cazar insectos y el lugar en el que lo hacen, evitando la competencia al máximo. Así, junto a los que cazan a cielo abierto, otros capturan insectos entre las ramas de árboles y arbustos, o sobre superficies (saltamontes en hierbas altas; escarabajos en el suelo; arañas en sus telas; moscas diurnas que duermen posadas en paredes, hojas y ramas; o mosquitos posados en el agua). Y aunque sea un comportamiento más propio de grandes murciélagos tropicales, Myotis capaccinii captura pequeños peces, Nyctalus lasiopterus caza pájaros, y se sabe de algún Myotis myotis que ha comido musarañas. Sin embargo, aquí no hay ninguna especie que se alimente de fruta. Ni vampiros, exclusivos de los trópicos americanos. La identificación de las distintas especies es compleja, y en casi todos los casos es necesario capturar al animal y estudiar pequeños detalles anatómicos de la dentición, orejas, nariz y órganos sexuales.

Reproducción

El apareamiento se lleva a cabo a finales de verano y las hembras paren en junio una o dos crías, que volarán al mes de vida.