La colonización agraria franquista en Malpica de Tajo

 

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La colonización agraria franquista en Malpica de Tajo

Precedentes y el punto de partida

Después de proclamarse la II República todos los partidos representados en las Cortes eran partidadarios de (y estaban preocupados por) realizar reformas estructurales en el campo español, la dificultad se encontraba en definir cuáles, y con qué profundidad pues no todos tenían meridianamente asumido que el problema social-agrario tenía mucho que ver con la estructura de la desigual propiedad de las tierras (lo que a la postre sería uno de los principales detonantes del golpe de estado del 36) que las mantenía infraexplotadas y no generaban el suficiente empleo (fuertemente jararquizado y con una estructura medieval-piramidal) el 51 % de la población activa y la deseada riqueza, un 35 % del P.I.B. En diciembre de 1933, durante la Segunda República Española, el Instituto de Reforma Agraria, I.R.A., en aplicación de la Ley de Bases de la Reforma Agraria de 19321), realiza la incautación de algunas de las fincas del antiguo señorio de Valdepusa2) (expropiadas en el 11 de octubre de 1933) propiedad de D. Joaquín Fernández de Cordoba y Osma3), después de realizado el Censo de Campesinos4), el reparto de fincas entre las comunidades de campesinos de cinco pueblos5), la adjudicación lotes, las indemnizaciones a los arrendatarios34) y los asentamientos de colonos - 263 de Malpica, 250 de Cebolla, 101 de San Martín de pusa, 100 de San Bartolomé de las Abiertas y 60 de Mesegar -, en enero de 1934, se constituyen las Comunidades de Campesinos (que fueron las primeras de las 645 que se crearon en Castilla la Mancha y las alrededor de 2 000, en España y que en un principio eligieron la explotación colectiva) comenzando su intrincada, espinosa, azarosa, boicoteada y controvertida andadura. Las discrepancias sobre la forma de explotación (individual o colectiva6), dependiendo de la ideología) y el número de comunidades (una o varias, que en Malpica acabaron desmenbrándose en cuatro7)) nacieron pronto, pero los funcionarios del I.R.A. (que, al menos, atendían las denuncias que los colonos sí tenían la oportunidad de presentar) consiguieron atemperarlas, en febrero el IRA concede un crédito de 282 716 pts para los asentados de Malpica, en marzo se repartieron entre las 268 familias 85 000 pesetas, como adelanto para poder comenzar las labores agrícolas y gastos de manutención y en el otoño de 1934 los campesinos estuvieron en disposición de realizar sus primeras siembras en comunidad y en noviembre se repatío el olivar entre los comuneros de Malpica, Mesegar y Cebolla.

Retomando el ámbito político en noviembre el ministerio de agricultura pasó a la C.E.D.A. y en mayo de 1935 el ministro Nicasio Velayos puso fin al experimento comunitario con su “Contrarreforma de la Reforma Agraria de 1932” que congeló el proceso pues anuló el Inventario de fincas expropiables y  la expropiación sin indemnización (que cerró el paso a la formación de nuevas comunidades de campesinos), redujo el presupuesto del Instituto de Reforma Agraria (lo que ahogaba económicamente a las comunidades ya creadas) y aceptó indemnizar las tierras expropiadas a precio de mercado, indemnización para la cual no existía la correspondiente partida presupuestaria lo que provocó un asfixiamiento económico apreciable de la Reforma Agraria, pero las Comudidades de Campesinos intentaron seguir realizando algunas reformas, para aumentar los ingresos, y hacer más rentables las explotaciones, en este año se roturaron parte de los montes existentes para transformalos en terrenos de labrantío8), se aprobó un crédito de 278.490 pts para adquirir ganado que cumplimentara los aprovechamientos, la explotación de las caleras del quinto de Tapias, en Hornaguera Baja se acondicionó un regadío de 109 ha (ya proyectado en 1933), sobre marzo de 1935, y se acometieron los primeros estudios técnicos para implementar 110 ha de regadío en Bernuy. A pesar de estas medidas, la rentabilidad era escasa (en 1934 todas las comunidades, excepto Cebolla y Mesegar, habían obtenido beneficios) y al no recibir subvenciones del ministerio las desavenencias crecieron, pero lo que paralizó la aventura colectivista y abortó los procesos sociales de colectivización del campo, fue la sublevación y el golpe militar que dio lugar, en 1936, a la guerra civil española, pues aunque se siguió cultivando la tierra, al caer Malpica y Bernuy en zona no sublevada, la incertidumbre (se difundieron rumores de que la finca sería devuelta a su anterior propietario) e inestabilidad (no se sabía si se podría seguir explotando sus lotes de tierra) eran grandes para los campesinos que se habían encargado de su explotación.

Muestro ahora un compendio de la hemeroteca de la época sobre el asunto que nos ocupa:

La reforma agraria en Malpica- Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos - Sábado 11 de Noviembre de 1933 (11 - 11 - 1933) - Copia digital (1-2-1934)

La reforma agraria en Malpica

El ministerio de agricultura gira cantidades a Malpica para intensificación de cultivos- El Heraldo de Madrid- 18-8-1933

Dinero para la intensificación de cultivos en Malpica

El I.R.A. desestima el recurso de D.Joaquín Fernández de Córdoba y Osma y el ministerio de agricultura gira cantidades a Malpica para intensificación de cultivos- El Heraldo de Madrid- 31-8-1933

Dinero para la intensificación de cultivos en Malpica

El Consejo de Reforma Agraria trata de la expropiación en Valdepusa. El Radical 13-11-1933.

El Consejo de Reforma Agraria trata de la expropiación en Valdepusa

Se celebra una reunión de arrendatarios para hacer efectiva la incautación de una finca del duque de Arión- AHORA (1-2-1934)

Se celebra una reunión de arrendataríos para hacer efectiva la incautación de una finca del duque de Arión- AHORA (1-2-1934)

Se ha celebrado una reunión entre los arrendatarios y comisiones de los pueblos de San Martín de Pusa, Malpica de Tajo, Puebla Nueva y Cebolla para llegar a un acuerdo en el traspaso de las labores de la finca de ValdePusa, que fué propiedad del duque de Arión, afectada por la Reforma Agraria. Los ganados, aperos, siembras y barbechos valen varios millones de pesetas.

Valoración de labores en Valdepusa: Concesión de un crédito a la Comunidad de Campesinos de Malpica de Tajo- El Sol, (3/1/1934)

Valoración de labores en Valdepusa: Concesión de un crédito a la Comunidad de Campesinos de Malpica de Tajo- El Sol, (3/1/1934)

El Servicio de Contabilidad propuso la concesión de un crédito de 282 716,30 pesetas al contraído en concepto de capital circulante y sostenimiento de asentados de la Comunidad de Campesinos de Malpica, reintegrándosee de esta cantidad el I.R.A. del resultado de la venta de la cosecha de aceituna. También se estudió el recurso interpuesto por unos 35 arrendatarios de la fínca Valdepusa, contra la valoración de cosechas hecha por los técnicos del Instituto de Reforma Agraria. De interés puede resultar el apartado siguiente sobre la C.C. de San Bartolomés de las Abiertas.

Asentamientos en la Comunidad de Campesinos de Malpica de Tajo- El Castellano (08/03/1934)

Asentamientos en la Comunidad de Campesinos de Malpica de Tajo- El Castellano (08/03/1934)

Asentamientos en la Comunidad de Campesinos de Malpica de Tajo, selección de los 268 campesinos que se asentarían en la Comunidad de Campesinos de Valdepusa y asamblea para decidir la forma de explotación.

En la Comunidad de campesinos de Malpica de Tajo se decidió ayer en un plebiscito que la explotación sea colectiva. Luz 26-3-1934, pagina 8

Luz 26-3-1934, pagina 8. En la Comunidad de campesinos de Malpica de Tajo se decidió ayer en un plebiscito que la explotaión sea colectiva

El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos. Del feudalismo al colectivismo, sin transición. Crónica del 18 y 23 del 3 de 1934

El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos
El Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos

Una serie de tres artículos de la reputada periodista Josefina Carabias, durante la II República Española, sobre la la efímera, primera y última Comunidad de Campesinos, de nuestro país que constituyen una joya periodística e histórica (35).

La reforma agraria. El Sol 22-6-1934, página 10.

El Sol 22_6_1934, página 10. La reforma agraria

La reforma agraria, se aprueba la división de la Comunidad de Campesinos en dos, una Comunidad explotada colectivamente y otra individualmente. La libertad 22-6-1934

La reforma agraria, se aprueba la división de la Comunidad de Campesinos en dos, una explotada colectivamente y otraindividualmente. La libertad 22-6-1934

Derogada definitivamente la Ley de Reforma Agraria de 1932 durante la guerra civil española en la zona bajo el control de los sublevados, y en toda España finalizada la guerra civil, se realiza el proceso gradual, sistemático y acelerado de devolución de tierras a sus anteriores propietarios que culmina el 5 de noviembre de 1940 en que se disuelve el Servicio de Recuperación Agrícola (S.R.A.). En 1943, el Instituto Nacional de Colonización, I.N.C., adquirió, por compra directa al duque de Arión, parte de la finca de Valdepusa, 4 736 ha, entre ellas el quinto de Bernuy, para asentar colonos de Malpica y Cebolla, cuya escritura de compraventa se formalizó a primeros de agosto de 1944.

La colonización agraria franquista en Malpica

Marco legal, la normativa

Ya el 28 de agosto de 1936, en la zona sublevada se publica, un decreto que persigue desbaratar la política agraria de la república comenzando a devolver propiedades y en los asentamientos que se conservan "por su interés agrario" se realiza la purga de los asentados. Por decreto de 24 de septiembre de 1936 de la Junta Nacional de Burgos se prosigue la tarea de devolución reintegrando a sus dueños las fincas en que el plan solo estuviese parcialmente desarrollado. El 25 de septiembre de 1936 se devuelven las fincas en que haya producido la renuncia a su ocupación por los asentados. Al crearse el Ministerio de Agricultura se crea el Servicio de Reforma Económica y Social de la Tierra (S.N.R.E.S.T) y cinco meses después el S.R.A.E. que completan la labor de desmantelamiento de la política agraria de la república. De acuerdo a la orden de 25 de marzo de 1939 quedan a la libre disposición de sus antiguos propietarios todas las ocupaciones realizadas excepto algunas de interes agrario, entre ellas la de Valdepusa en que el S.N.R.E.S.T realiza su "proceso de adecuación" devolviendo parte de los quintos acupados y reduciendo drásticamente los asentados, dando paso al I.N.C.(9)

El organismo encargado de la colonización en los comienzos de la dictadura franquista, fue el Instituto Nacional de Colonización (I.N.C.) creado (con la supresión, simultánea, del S.R.E.S.T) en octubre de 1939(10) en el marco de la política agraria franquista, "Para realizar los amplios planes de colonización que han de llevarse a cabo de acuerdo con las normas programáticas del Movimiento" para conseguir una transformación radical del territorio. El I.N.C. se fusionó en 1971 con el Servicio de Concentración Parcelaria de cuya unión nació el Instituto Nacional de Reforma y Desarollo Agrario (I.R.Y.D.A.)(11) que desapareció en 1995, al refundirse, junto al Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), en el organismo autónomo de carácter administrativo Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), adscrito al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Secretaría General de Desarrollo Rural y Conservación de la Naturaleza.

Posteriormente, en diciembre de ese mismo año 1939, se promulgó la Ley de Bases para la Colonización de Grandes Zonas Regables, el 23 de febrero de 1940 la ley sobre devolución a sus propietarios de las fincas ocupadas por el Instituto de Reforma Agraria con arreglo a las Leyes de 1932 y 1935(12) por la que se devolvían casi todas las fincas anexionadas por el I.R.A. republicano, completada con la orden de 6 de junio de 1940 (B.O.E. de 9-7-1940) en que se enumeran las fincas exceptuadas de devolución a sus anteriores propietarios (páginas 3967 y 3968) y que en la provincia de Toledo (una de las provincias más afectadas por la reforma agraria republicana), solo era la finca «Valdepusa», sita en los términos municipales de Malpica, Cebolla, Mesegar, San Martín de Pusa y San Bartolomé de las Abiertas(13).

Orden de 6 de junio de 1940 sobre la devolución de fincas expropiadas por I.R.A. BOCR (14-06-1940)

En noviembre de 1940 se promulgó la Ley sobre Colonizaciones de Interés Local. Pero estas leyes solo permitía al I.N.C. colonizar las tierras que se le ofertaban, y pronto se hizo evidente la escasa disposición de los grandes propietarios agrícolas a colaborar en estos proyectos colonizadores por lo que se hubo de publicar nuevas leyes como el Decreto de 23 de julio de 1942, que autoriza al INC a recuperar la plena propiedad de determinadas fincas adscritas al propio Instituto pero hasta entonces en régimen de arrendamiento forzoso, o la Ley de Expropiación de Fincas Rústicas Consideradas de Interés Social, de 27 de abril de 1946, cuyo propio nombre ya resulta bastante significativo. Pero la organización definitiva de todo el proceso de colonización vendría dada por la Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables, de 22 abril de 1949. Con esta Ley se encontraba, tras diez años de estériles ensayos, un instrumento que, respetando en lo sustancial el derecho de propiedad privada de la tierra, podía conseguir el objetivo de la ampliación del regadío y, colateralmente, una modesta actuación de reforma agraria «social», con la distribución de las «tierras en exceso» entre los campesinos transformados en colonos.

La política agraria del I.N.C. se basaba, inicialmente, en unos principios ideológicas acordes con las ideas de los vencedores:

1) Defensa a ultranza de la propiedad privada de la tierra y su cultivo directo familiar, rechazando cualquier tipo de colectivismo de la propiedad (aunque sí se permitían promocionaban "Cooperativas" de algunos medios de producción y comercialización) mitificando al campesinado y su aspecto bucólico como una forma de vida más elevada para enmascarar la miseria e indefensión en que vivía buena parte de este sector primario y restaurar así el orden social tradicional previo a las repúblicas españolas anteriores. Era un instrumento clave para la ideología franquista de la redención, según la cual la dictadura venía a redimir la miseria que asolaba al país y a sus gentes, el cometido del I.N.C. no era solamente aumentar la producción agrícola, sino también estabilizar una sociedad alrededor de esta y asentar los valores defendidos por el franquismo en su seno.

2) Intervencionismo en factores de producción y precios.

3) Promoción de los aspectos técnicos y económicos frente a los sociales para lograr la tan ansiada autarquía económica y productiva nacional.

A partir de 1945, estos principios fueron sustituidos por criterios más técnico y económicistas, se impulsó la política hidráulica y se incorporó la puesta en ragadío que se concretó en la citada Ley de Colonización y Distribución de la Propiedad de las Zonas Regables, de abril de 1949, en que se da un golpe de timón y fija como objetivo prioritario la colonización de las zonas regables por las obras hidráulicas acometidas por el régimen lo que desembocó en la construcción de unos 300 pueblos de colonización que, en nuestra provincia y zona, se concretó en los pueblos de Bernuy, las Vegas, San Antonio de las Vegas, La Rinconada, Alberche del Caudillo, Talavera la Nueva y el Bercial.

El estado franquista define la reforma agararia como social y económica en contraposición a la reforma agraria republicana que es, interesadamente, calificada como política, en un claro intento de desvalorizar la política agraria seguida durante la etapa republicana. Sin embargo los últimos estudios que se han realizado vienen a invertir los términos de la cuestión, siendo tildada la actuación del gobierno franquista como contrarreforma agraria. La cualidad de social se define como "el conjunto de medidas conducentes a modificar el régimen de tenencia de la grande propiedades mediante su reparto entre los jornaleros para su explotación individual cooperativa o en granjas estatales". La calificación de económica parece incidir más en los aspectos técnicos, "a una consideración de la reforma agraria como orientada hacia una transformación productiva del territorio a través de la puesta en riego y la reordenación del espacio rural que generalmente va unida a la organización de la estructura de la propiedad con fijación al hábitat de los colonos". Barciela define la política del I.N:C. como una caricatura de reforma agraria y por tanto "no hay ningún motivo para suponer que el resultado de una política basada en un escúpuloso respeto a la propiedad tuviera como resultado una retribución de la tierra". De igual modo opinan F.J. Monclús y J.L. Oyón para los cuales "la incidencia de la expropiaciones y reparto de tierra de su propietario a los colonos ha sido bastante escasa y no ha contribuido a modificar de forma importante la base de la sociedad rural porque la por lo que la calificación de contrareforma agraria no resulta exagerada". Como vemos, casi todos los autores tildan de contrarreforma agraria a la política colonizadora franquista porque supuso una ruptura con respecto a la directrices que se marcaban en la reforma agraria republicana y que podrían enclavarse en el concepto de reforma agraria clásica.

La adquisición por el I.N.C. de parte del señorío de Valdepusa y Malpica en Malpica de Tajo

De acuerdo con la legislación citada más arriba, podría haber distintos tipos de fincas en situación de posible adquisición para efectuar su colonización:

1) Fincas susceptibles de ser expropiadas al calificarse de interés social o Alto Interés Nacional (leyes del 27 de abril de 1946 y abril de 1949) y que podían someterse a los trámites de expropiación forzosa para su colonización. En un principio se propusieron alrededor de sesenta de las que finalmente se adquirieron diez(14) en nuestra provincia, además se rechazó o no se atendió la solicitud para la inclusión en este apartado de interés social a más de treinta.

2) Fincas adquiridas en aplicaciones de los decretos de 23 de julio del 1942 y 5 de julio de 1944. De las fincas ofertadas voluntariamente por sus propietarios su compra se desestimó en muchos de los casos, bien por no llegar a acuerdo sobre los precios de compras (desproporcionados e inflados en la mayoría de los casos) o bien porque las fincas no reunían los requisitos mínimos necesarios para que el I.N.C pudiese llevar a cabo su colonización(15). Entre las que sí fueron adquiridas por el el I.N.C.(16) se encuentra parte del señorío de Valdepusa que, como ya hemos citado, fue la única finca de nuestra provincia de Toledo cuya devolución a su propietario fue desestimada (orden de 6 junio de 1940) aunque en régimen de arrendamiento forzoso no quedó toda la finca sino 5537 hectáreas, la casi totalidad de esta superficie se encuentra enclavada en el término municipal de Malpica de Tajo y una pequeña parte en el de Cebolla.

En una primera etapa, la política agraria franquista de colonización intentó salvaguardar la propiedad privada sin renunciar a sus aspiraciones sociales de mejorar la situación socio-económica de los campesinos, la mayoría peones a tiempo parcial y arrendatarios de latifundios, pero se necesitaban ingentes cantidades de dinero para comprar esos latifundios y parcelarlos, para transformar a los peones en propietarios, y una decidida voluntad política de dotarse de los instrumentos jurídicos nesarios para emprender esa impopular reforma agraria (los que se legisló permitían un escaso margen de maniobra) entre los propietarios de tierras, y el regimen adolecía de una manifiesta carencía de ambos. En su segunda época se primó la puesta en regadío las zonas cercanas a la infraestructura hidráulica existente para acrecentar la rentabilidad económica de la tierra. Grandes planes, grandes proyectos y declaraciones de interés nacional pero pequeñas y puntuales colonizaciones.

En total, entre 1939 y 1951, fueron declaradas de interés nacional 576 891 hectáreas, el Instituto compró 162 621 hectáreas (casi todas fuera de las zonas declaradas de interés nacional), pero sólo dominó (que no quiere decir regar, ni mucho menos colonizar) con sus redes de acequias 9886 hectáreas, y todo ello en trece años de existencia. Conviene no olvidar, sin embargo, que el fin de esta política, como había dicho el general golpista Franco, era el de dividir los latifundios y regar y ofrecer millones de hectáreas a los campesinos. Según datos oficiales, entre 1939 y 1951, fueron instalados como colonos 25 212 campesinos con sus respectivas familias. En trece años de vida del Instituto ello suponía un promedio de menos de dos mil colonos asentados por año. Las cifras son, en relación a la población asalariada en el campo español durante los años cuarenta, despreciables.

Pero centrémonos en nuestro pueblo. Como ya hemos apuntado, la finca Valdepusa, propiedad de D. Joaquín Fernández de Córdoba y Osma, duque de Arión, con extensión de más de 8715 hectáreas que se distribuían entre los términos municipales de Malpica de Tajo, Cebolla y San Martín de Pusa había sido expropiada en su totalidad durante el período republicano y distribuida entre los vecinos de las localidades afectadas que la explotaron en régimen de comunidad en un principio y posteriormente distintos grupos en diferentes regímenes. También hemos dicho que, durante la guerra civil, la finca quedó, en su mayor parte dentro de la zona no sublevada. Al terminar la guerra, el I.N.C. no compró toda la superficie de la finca sometida al arrendimiento forzoso ya que de las 5037 ha que se encontraban en esta situación, el I.N.C. compró solo 4899 ha de las que se parcelaron 4841 ha, que englobaban los quintos de los Vaqueriles (alto, medio y bajo) 942 ha, Corral Chico 327 ha, Ochavo de Aceite 332 ha, Coscoja y Tapias 418 ha, Término 491 ha, Rincón 390 ha, Hornaguera (alta y baja) 877 ha, y Bernuy 1064 ha , siendo devueltos a su propietario el resto de quintos y fincas. Como los asentados de los pueblos de San Martín de Pusa, San Bartolomé de las Abiertas y Mesegar abandonaron la superficie que tenía asignada solo continuaban la explotación de las finca los agricultores de Malpica de Tajo y 26 de Cebolla. Las negociaciones para la adquisición de la finca concluyeron con la firma de la escritura de compraventa realizada 1 de agosto de 1944 fijándose un precio de 5 625 000 pesetas recibiendo el propietario 4 393 891 pts ya que la finca no estaba libre de cargas, por un lado estaba sometida a dos censos por importe de 52 335 pts y por otro lado el I.N.C. se hizo cobro de la deuda que el propietario tenía por la cantidad de 428 772 pesetas, y además como no estaba inscrita la superficie real de la finca que se adquiría, retenía también 750 mil pesetas hasta que se verificase la inscripción. Quedaba por solventar la devolución de las cantidades retenidas y el importe del que los trabajos realizados por el Instituto en la superficie de la finca devuelta al propietario.

Quintos del Señorío de Valdepusa que compró el I.N.C. en 1944 y quintos devueltos en 1940

Quintos del Señorío de Valdepusa que compró el I.N.C. (en azul) en 1944 y quintos devueltos en 1940 (punteado).

Para la puesta en regadío de Valdepusa el I.N.C. construyó 16 496 acequias, 5 380 desagües, 280 caminos compactados, 9 250 metros de camino rurales y veintisiete mil metros de línea de alta tensión lo que permitió la puesta en regadío de 241 hectáreas, 90 en el quinto de Bernuy y 151 en el de Hornaguera Baja.

El I.N.C. invirtió en Valdepusa, desde 1944 a 1970, una cantidad de 24 630 773 pts que en pesetas de 1955 serían 741 720 564 pts,es decir un porcentaje de un 8,89 %. Los gastos de explotación en la finca de Valdepusa, hasta 1968, ascendían a un total de 8 042 218 pesetas. Si comparamos las inversiones en obras con los gastos de explotación tenemos 24 630 773 pts frente a 8 042 218 de gastos que suman 32 672 991 pts siendo estos útimos un 24,61%. En 1957 el I.N.C. tenía previsto invertir 13 887 pesetas en la construcción de secaderos y 147 237 en la construcción de los apriscos de Hornaguera.

El proyecto de parcelación aprobado en 1945 para la finca de Valdepusa establecía 171 lotes de secano, pero las obras de transformación realizadas en el quinto de Bernuy, aumentaron el número de lotes en 29. Posteriormente se emprendieron también obras de transformación en el regadío en el quinto de Hornaguera con lo que se establecieron 15 nuevos lotes de regadío y se complementaron con pequeñas extensiones los lotes de regadío de Bernuy y 17 lotes de secano. Un escrito en el ingeniero jefe de la delegación del I.N.C. de Talavera de la reina a la DGC informa de alguna de estas modificaciones y de las previstas en el futuro a medida que se vayan transformando en regadío otras tierras. Fruto de estos cambios es que finalmente los 171 lotes de secano que aparece inicialmente dividida la finca se vayan transformando hasta la cifra de 107 lotes de secano, 44 lotes de regadío y 63 lotes mixtos. En cuanto al tamaño de los lotes era por término medio de 15 ha (18,4177 ha los lotes mayores y 13,3030 ha los menores para agricultores "menos cualificados") en secano, 4,7 ha de regadío y de 0,7 a 0,9 ha en lotes mixtos. En total la superficie parcelada es de 2861 ha, un 55 % de la superfifie adquirida. Tambíen se construyó el poblado de colonización (de 70 viviendas) en Bernuy, de 1947 a 1951, construcción de 11 viviendas en Hornaguera Baja ("el Congo") entre 1950 y 1961 y la reparación de las labranzas de todos los quintos comprados.

El total de la superficie parcelada y distrbuida colonos entre secano regadío y olivar asciende a 3569 ha, un 73 % de la superficie adquirida por el I.N.C., el resto eran bienes comunales y propios (montes, caminos, labranzas,...). Los quintos del Término y Vaqueril Alto de Valdepusa, no fueron parcelados entre los colonos sino que se reservaron para su venta al ayuntamiento de Malpica de Tajo en concepto de bienes comunales del ayuntamiento, con el objeto de que este los parcelara en pequeños lotes para su adjudicación, previo sorteo, que se realizaría cada cuatro años, entre los vecinos del municipio que no fueran colonos del Instituto y pasí paliar el descontento existente en este colectivo de vecinos no agraciados por el proceso colonizador. La extensión de estos términos es de 491 hectáreas en el quito del Término y 294 ha en el quinto del Vaqueril Alto, en total 786 hectáreas que fueron valoradas en 484 791 pesetas. A efectos de que el ayuntamiento pudiera adquirir los terrenos fue considerado como un colono más al que se le cobraría el 20% inicial del valor de la tierra, 96 958 pesetas, y el 80% restante 387 883 pts en el plazo de 25 años con un interés del 3% de cuota anual que ascendería a 21 563 pesetas. La importancia que tiene, para un ayuntamiento como el de Malpica de Tajo, absorbido casi totalmente por la finca Valdepusa, la compra de estos terrenos es más que notoria, ya que con ellos el término municipal de esa localidad adquirió un carácter que difícilmente podría haber logrado de seguir la finca en manos de de su antiguo propietario.

Los colonos de Malpica tuvieron un período de tutela corto ya que a partir del 1 de octubre 1947 ya debían de comenzar a pagar el importe fijado de sus lotes para el acceso a la propiedad, proceso de amortización para el que disponían de 30 años, luego los lotes habían de estar amortizados en 1977. A treinta y uno de diciembre de 1967 en Valdepusa, de los 170 lotes, se habían escriturado 23 y estaban por escriturar 147. Si tabulamos los tiempos y porcentajes de colonos en que fueron alcanzando el acceso a la propiedad de sus respectivos lotes, satisfaciendo la deuda que mantenían con el Instituto, podemos observar que aproximadamente la mitad consiguieron acceder a la propiedad de sus lotes en el año previsto (1970), si descontamos los 6 que no lograron el acceso a la propiedad, el 46 % restante necesitó de otros 8 años para conseguirlo:

Entrega de terrenos, ganado y premios en metálico a los labradores de Malpica de Tajo- 05_11_1944

Los colonos

En proyecto inicial realizado por el Instituto Nacional de Colonización, esta finca había de cultivarse por 170 colonos con ·quienes el Instituto tiene establecido un régimen de aparcería tal que el colono aporta exclusivamente su trabajo y él de la familia, de manera que durante los primeros cinco años que correspondían al período de "tutela", reintegrasen al Instituto todos los capitales de explotación anticipados por éste y una vez propietarios de los mismos pasasen a continuación al régimen ·de acceso a la propiedad, tanto en lo referente a la tierra como a la vivienda.

Controlar el grupo de colonos que se asentaban era fundamental para el éxito de la colonización, una mala selección de los colonos podría poner en jaque los objetivos perseguidos, de manera que se seleccionaron los colonos atendiendo a tres aspectos:

1) Aspecto técnico: Experiencia y conocimiento de las tareas agrícolas,

2) Aspecto económico: La suficiente autonomía para afrontar los períodos de puesta en marcha.

3) Aspecto social: El colono ideal sería aquel que "tuviera una primaria fe religiosa, un elemental concepto del deber y honradez, que se encuentre sano de cuerpo sin tener taras hereditarias con una elemental instrucción". La mujer del colono también "habría de estar adornada de determinadas cualidades, desde el abnegación y hacendosidad que hicieran el hogar familiar agradable y cómodo y que, a la vez, fuese capaz de aportar ingresos a la economía familiar mediante la realización de pequeñas tareas independientes de cultivos de la tierra".

El aspirante a colono, en los comienzos de la colonización, había de cumplimentar una instancia: Nombre, apellidos y domicilio. Antecedente personales y familiares, fecha de nacimiento, servicio militar, afiliación a F.E.T o las J.O.N.S., si es hijo de combatiente o víctima de la persecución roja y si estaba casado, número de hijos y estudios que poseía. Actividades agrícolas realizadas y clase del tamaño de la exposición. Datos económicos y si poseía tierra o cualquier tipo de capital. También constaba un apartado a cumplimentar por el párroco local, la jefatura local de F.E.T o las J.O.N.S., la alcaldía y la Inspección municipal de sanidad.

Este modelo se fue modificando con el tiempo y se suprimieron los requisitos del informe de las autoridades y datos relativos al pasado militante de su familia y en lugar de los informes, el personal de la delegación concertaba una reunión con "las autoridades" y allí hacía una selección previa de los solicitantes. Las condiciones que debían reunir los colonos se redujeron a saber leer y escribir, ser mayor de 23 años y menor de 50, ser casado o viudo con hijos, agricultor, estar desprovisto de taras hereditarias fisiológicas o defectos físicos y poseer dotes de moralidad y conducta aceptable. Se pueden encontrar lógico (y encontrar pruebas e indicios) de que, en las primeras selecciones, se debía considerar muy importante el haber participado, durante la guerra civil, en el bando franquista.

El colono también fue objeto (algo perfectamente comprensible en una dictadura fuertemente ideologizada) de adoctrinamiento político, como ser colono del Instituto era un privilegio otorgado por el benefactor estado franquista, el estado esperaba que el colono, a cambio, supiese valorar que gracias al gobierno era posible gozar de estos privilegios. En definitiva el estado franquista aprovechó ampliamente las actuaciones realizadas por el Instituto como medio de vincular a la población agraria a su régimen. Así pues los dirigentes del Instituto procuraron resaltar con la máxima oficialidad y publicidad posibles hechos como la entrega de cartilla a los colonos, de los títulos de posesión, la entrega de ganado o la inauguración de las obras; en estos actos realizados con gran solemnidad y en presencia de todos los colonos es usual la presencia de autoridades militares y civiles (el dictador Franco acudió, aunque sin traje militar, ampliamente acompañado por autoridades civiles y militares, en 1949 a visitar Bernuy y Malpica) que aportaran la solemnidad y el boato adecuado al acontecimiento. En el resumen que, de la visita del Director General de Colonización al pueblo de Malpica de Tajo en noviembre de 1944 para entregar los títulos de posesión a ocho colonos que pasaban del régimen de aparceria en tutela al de acceso a la propiedad y las cartillas de colono, hace el ingeniero jefe de la delegación de Talavera cuenta que el Director General resaltó los beneficios que los vecinos de Malpica han recibido del Instituto, remarcando la diferencia que existían con respecto a la labor del extinto I.R.A. del periodo republicano, pidió la colaboración y apoyo de todos y prometió que el Instituto conseguiría con los trabajos comenzados para poder dar más parcelas a otros vecinos.

Entrega de terrenos, ganado y premios en metálico a los labradores de Malpica de Tajo- 05_11_1944
Imperio Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S,  27-11-1946. Entrega de premios a 7 labradores de Malpica
visita del Director General de Colonización al pueblo de Malpica de Tajo en noviembre de 1944
visita del Director General de Colonización al pueblo de Malpica de Tajo en noviembre de 1944

Visita del Director General de Colonización al pueblo de Malpica de Tajo en noviembre de 1944

Visita del dictador Franco a Bernuy y Malpica
Visita del dictador Franco a Bernuy y Malpica
Inauguración de Bernuy por Franco en 1949
Inauguración de Bernuy por Franco en 1949
Inauguración de Bernuy por Franco en 1949

Inauguración de Bernuy por Franco y visita a Malpica.

En las imágenes de estas visitas se pueden observar al menos un par de aspectos reveladores, en primer lugar los símbolos fascistas que aparecen en las fotografías y en segundo lugar la separación entre los colonos (en filas detrás) y de las autoridades presentes en el acto (al frente) no pueden ser más elocuentes, además de la pobreza, sumisión de unos frente a los otros.

El proceso de selección de colonos en la finca de Valdepusa es el que más claramente evidencia, en su realización, la influencia de la cuestión de orden político y religioso. Como ya hemos citado la finca de Valdepusa había quedado sujeta a expropiación forzosa durante el período republicano y se había distribuido entre los vecinos de diversa localidades que se agruparon en comunidades para su explotación. Durante este tiempo la explotación de la finca por parte de los colonos de Malpica de Tajo no estuvo exenta de tensiones que deseambocaron en que la primitiva comunidad formada por los trabajadores de estos municipios acabara desmembrándose en cuatro comunidades por motivos de diferencias ideológicas y de divergencias acerca del sistema de explotación entre sus miembros.

Comunidades de Malpica extraídos del documento de Ángel Paniagua Mazorra

Las tensiónes ideológicas entre los cultivadores de la finca quedan suficientemente reflejadas en un escrito presentado por varios vecinos Malpica de Tajo ante la Junta Provincial Agraria. En el escrito, los vecinos se quejan del aislamiento al que les someten las Autoridades locales de filiación socialista, guiados según sus palabras por el ánimo de fomentar odios y rencores por no ser todos simpatizantes con las ideas socialistas, se quejan también de la conducta seguida por uno de los Ingenieros que mostró parcialidad hacia determinados sector político sin querer respetar su deseo de negarse a explotar la finca colectivamente. Continúa haciendo mención el escrito de los agravios que están padeciento, por lo que "recurren a la guardia civil, en demanda de justicia, ya que todas las autoridades locales les tienen aislados, y no solo la Autoridades locales sino los Ingenieros que en representación del estado, llegan a la localidad para dirigir la explotaciones de la finca que debían amparar a todos por igual pero no es así, estos señores han procurado que no siendo socialista en Malpica nadie pueda trabajar (...)". Con motivo de la recogida de aceituna que se está realizando en la localidad dicen que "118 obreros que no están conforme con la doctrina socialista y aunque fueran simpatizantes, jamás se sometarían a esa unión de explotación, por considerar los firmantes que es un fracaso, pero como nadie ampara a estos desventurados obreros, recurren en esta ocasión ante la guardia civil, para ver si es posible puedan ser colocados aisladamente los 118 obreros ya anteriormente citados, como podrá comprobar el cabo que actúa, los que van a trabajar y sus mujeres cuando tienen ocasión, insultan de la forma más grosera a los que no suman a ellos".

Como se constata, en Malpica de Tajo, durante la segunda República y en los primeros años de la posguerra civil, debieron generarse ciertas tensiones políticas entre dos bandos claramente diferenciados, pero uno de los bandos fue el ganador de la guerra y si, durante la República, un grupo de colonos de la finca se sintió discriminado por sus ideas políticas, al menos dispuso de la oportunidad de denunciar los agravios a los que se sentían sometidos por el otro grupo.

Para seguir los acontecimientos en el orden en que se produjeron tenemos que volver al año 1942 cuando la finca de Valdepusa estaba sujeta a arrendamiento forzoso y trabajaban 287 colonos. Desde la delegación del instituto Nacional de Talavera se inician los trámites para la selección de colonos y la primera actuación consistió en demandar informes acerca de los colonos a las autoridades sanitarias religiosas civiles y militares del pueblo. En base a esos informes, los antiguos colonos quedan reducidos a 236, si de estos eliminamos a una decena larga que aparecen en el informe con la calificación con alguna enfermedad que les imposibilita para el trabajo quedarían unos 200 futuros antiguo colonos de la finca que podían ser seleccionados por el Instituto en Malpica, más los 26 de Cebolla que continuaban trabajando esas tierras, en total hacen 230. De ellos finalmente se seleccionaron 171 y sobre esta criba no es descabellado aventurar que los motivos políticos no estuvieron ausentes. Los 171 asentamientos de Valdepusa se realizaron en 1944 y se corresponde con un 13,43 % del total de los colonos asentados en la provincia de Toledo, en la parte de regadío de Bernuy se asentaron 29 colonos, en 1949, que corresponde al 2,27% y en el regadío de Hornaguera, en 1958, 15 colonos el 1,17 %.

Pero no solo podemos hablar de represión por motivos políticos sino que también, en estos primeros años, los colonos de la finca Valdepusa fueron objetos de represión moral. La documentación encontrada es muy elocuente al respecto, nueve de los colonos admitidos por el Instituto no habían contraído matrimonio canónico y el Ingeniero Jefe de la Delegación del Instituto de Talavera, muy probablemente alertado del asunto por denuncia, les conmina y exhorta para que contraigan matrimonio canónico con la mayor brevedad, si no quieren perder la parcela de la que disfrutan que sería entregada a otros vecinos del pueblo que tienen su matrimonio perfectamente localizado y que están sin parcela. Evidentemente ninguno de estos colonos se negó a seguir el requerimiento del Instituto. Las explicaciones que dieron no dejaban de ser dramáticas por el grado de sumisión y de indefensión que ponen de relieve. Así uno de ellos contesta diciendo: "(...) Su carta desde luego va inspirada con muy buen fin, desde luego, lo cual agradecemos mucho. Ahora bien nosotros no crea que no hemos legalizado nuestro matrimonio canónico ni por rebeldía ni por ninguna otra cosa, pensábamos hacerlo en un plazo próximo, ahora que que por obedecer a usted el plazo es más corto..." Otros se disculpan alegando escasez de medios económicos para casarse, otros alegan dejación y en fin, todos le dan las gracias por su buena intención.

Por un lado la documentación sobre el tema nos muestra la relación entre el instituto y los colonos con un carácter paternalista y autoritario que raya lo cuartelario y así debió ser, al menos en los 15 primeros años, la primera época, pero de otra parte, los colonos se mostraban rebeldes y hacían, a veces, caso omiso de las normas implantadas por el Instituto. Carentes de formación y educación, se manifestaban reacios a utilizar las máquinas y preferían continuar con los aperos tradicionales, si se encontraban faltos de leña la robaban y no dudaban en infingir la ley de caza para llevarse a casa las piezas y en faltar el respeto al guarda o al mayoral representante del Instituto, el I.N.C. se defendía con la única medida que disponía, la imposición de multas económicas, acompañadas casi siempre por un aviso de pérdida del derecho a la parcela en caso de reiteración. En Valdepusa los tipos de infracciones acreedoras de multas, más usuales, fueron:

- Mantener en mal estado ganado.

- Por infracción de la ley de caza, pastoreo abusivo y corta de leña.

- No cumplir los deberes sobre la explotación (estas sanciones empiezan a aparecer con más frecuencia a partir de 1950 cuando se inicia la explotación del regadío de Bernuy se refiere principalmente a cuestiones de riego o a un deficiente cultivo de la parcela por parte del colono).

- Por negarse a cumplir la prestación personal.

- Por acciones cometidas por hijos de los colonos: robar fruta, provocar un incendio, romper cristales o proferir amenazas al guarda

- Por falta de respeto al Instituto en la persona de sus empleados (guarda, mayoral, perito o ingeniero), quienes recibían de manera más directa las iras de los colonos ante las imposiciones del Instituto, ya que eran los encargados de hacerlas cumplir, tarea que no dejaba de abocrles a enfrentamientos personales con los colonos.

Los peritos, guardas y mayorales eran los representantes del Instituto y los encargados de cuanto se relacionase con la vida agrícola económica y social de los nuevos núcleos de colonización, el perito cumplía funciones de policía, vigilancia y conservación de edificios y asesoramiento, en materia agrícola, a los colonos. Los mayorales, además de sus funciones respecto a la explotación, debían ejercer vigilancia sobre el estado de conservación decoro y limpieza de la vivienda de los colonos y los guardas además de su función de guardería general de la observancia de las normas, se ocuparían también del estado de conservación y limpieza de las aceras, calles, edificios públicos, arbolado, ... En Valdepusa, recién terminada la contienda civil, se realizo, una depuración en el servicio del guardería, en el informe emitido por la alcaldía se relata de cada uno de los guardas su comportamiento político durante la guerra(17) y escrito a mano posiblemente por el funcionario receptor de los informes aparece al lado del nombre de todos los guardas, menos de dos, las sigla VB, que posiblemente significase "Visto Bueno". De los dos guardas que no contaron con el visto bueno, uno ostenta la calificación dudoso en cuanto a su honradez y del otro se dice que fue presidente de la sociedad obrera de Torrijos y que, durante la dominación roja, fue consecuente con su ideología. En Valdepusa había un guarda mayor y cinco guardas con un sueldo de 15 pesetas diarias el primero y de 12 o 18 pesetas los segundos, el mayoral de Bernuy, procedía de Belicena (Granada) y los peritos, uno de los cuales residía en Bernuy, atendían a la explotación de las fincas de La Rinconada, Malpica y las Vegas.

Uno de los aspectos que más preocupaba al nacionalcatolicismo y por tanto al I.N.C. era la educación(30) del colono, para ello se implementaron una serie de medidas, como la creación de escuelas primarias, escuelas de orientación agrícola, clases de adultos y granjas escuelas además del asesoramiento continuado, en materia agrícola y ganadera, por parte de los peritos. Paralelamente se encomendó a la Sección Femenina(33) la formación de la mujer en las "tareas del hogar".

Medina 28-11-1943, página-15. Cursillo para campesinas

En Malpica de Tajo el instituto construyó dos escuelas(18) unitarias, una de niños y otra de niñas y cuatro casas para los maestros y en Bernuy una de niños y otra de niñas. Como ocurría con los sacerdotes y los médicos que atendían a los colonos, los maestros también tenían, además de su sueldo, una gratificación económica(19) por cuenta del Instituto, además del derecho a utilizar una de las viviendas edificadas, a cambio, los maestros estaban obligados a enviar a la Delegación de Talavera un informe de asistencia de los hijos de los colonos y estadísticas sobre la analfabetismo existente en la población en que se imapartiera docencia. En un escrito de 1945 el Ingeniero Jefe de la Delegación del instituto de Talavera se queja al Ayuntamiento de Malpica de Tajo pues los maestros se niegan a prestarle la mínima colaboración solicitada de que entreguen mensualmente la lista de absentismo, que no han hecho desde el mes de enero hasta la fecha. Días más tarde un nuevo escrito nos informa acerca de una petición del alcalde de Malpica a la Delegación para pagar a una maestra interina que sustituye a la que está enferma, solicitud a la que accede la Delegación siempre y cuando se preste la debida colaboración al Instituto, remtiendo las listas de absentismo escolar, trámite que ha dejado de hacer. Pero parece ser que de nada sirvieron las multas ni las amenazas de expulsión, ante la inmediata necesidad que tenía el colono de emplear a sus hijos en las tareas agrícolas. El progreso conquistado en España durante las últimas décadas, han dejado relegado al olvido que, no hace tanto, el trabajo infantil en el campo era habitual y la educación no estaba universalizada como en la actualidad. Los grupos sociales más desfavorecidos, como el de los colonos de entonces, a lo más que podían aspirar era a una instrucción elemental y extraordinariamente, el que sobresalía por su inteligencia, disponía de alguna posibilidad de iniciar estudios superiores, el pago de matrículas, el coste de los libros y el alojamiento suponía un coste tan elevado que los colonos, sobre todo si tenemos en cuenta que estos solían tener muchos hijos a lo que mantener, no podían permitirse. Pero no solo este coste era prohibitivo sino que además si el hijo se iba a estudiar fuera, era una peonada menos para el trabajo en la parcela lo que, para muchos familias, era inconcebible. Para paliar esta situación se asignaban becas de estudios a los hijos de los colonos siempre y cuando el maestro informara en la instancia de la solicitud de la beca que se trataba de un alumno que reunía condiciones excepcionales de inteligencia y capacidad para la realización de estudios. En 1957 fueron concedidas tres becas en Bernuy.

De la asistencia religiosa(31) se encargaba el cura de Malpica de Tajo, que también atendía a Bernuy y a Mesegar.(20)

Con motivo de la celebración de las misiónes(32) en Malpica de Tajo en 1947 se dice:

(...) Al frente de los hombres que en compacta fila avanzan al comulgatorio se colocaron, para egregio ejemplo de los trabajadores del campo, el Director General del Instituto, Ingenieros Jefes del Instituto e Ingenieros de la Delegación de Talavera. Y era de ver lo orgullosos, santamente orgullosos que estaban los habitantes del pueblecito toledano al ver que sus superiores y bienhechores les acompañaban en acto de más auténtica fraternidad que es la comunión.

También estuvieron presentes "las autoridades" en los actos del año siguiente en el que se celebró la renovación de la misión en este pueblo lo bajo las vocación de la virgen de Fátima. Según cuenta el autor del artículo, durante la noche una imagen de la virgen fue llevada por todas las casas del pueblo rezándose en ellas el rosario y concluyendo esta peregrinación en la plaza del pueblo en la que el alcalde pronunció una palabras entre ruidosas aclamaciones de la muchedumbre enardecida.

Seguramente había bastantes colonos católicos practicantes, pero algunos de los datos que conocemos sobre ellos, me permiten poner en entredicho que fueran libres y espontáneamente a esas manifestaciones colectivas de enfebrecidas religiosidad, tal vez simplemente el Instituto explotaba el anonimato que da la celebración de actos colectivos de exaltación de cualquier idea religiosa o política.

Los representantes del Instituto también solían asistir a la festividad de San Isidro Labrador (patrono del Instituto y de todos los pueblos de colonización) y a las primeras comuniones de los hijos de los colonos.

Para la atención sanitaria se contrataba con la asistencia de un médico al que se remuneraba por el sistema de igualas(21) (cuota que las famílias abonaban al médico y les concedía el derecho a la asistencia sanitaria). En los años posteriores a la guerra se produjeron diversos puntos de la provincia importantes focos de paludismo, el arroyo Pusa fue, en algunos lugares de su cauce, foco de infecciones palúdicas que afectaron las personas que vivían en caseríos próximos a este río y a una parte importante de la población de Malpica de Tajo en cuyo pueblo se había cebado de paludismo en 1945. Las enfermedades más frecuentes entre los colonos eran el asma, la tuberculosis, pulmonía pulmonar, la tosferina, la poliomielitis etc.

En 1957 la DGC estableció que se formara una Comisión de Cultura encargada de organizar, entre los colonos, conferencias, con una periodicidad quincenal, sobre temas religioso-culturales y agrícolas, el médico, el sacerdote, el maestro y el perito encargado de la explotación de la finca, en colaboración con el Instituto, la Sección Femenina y el Frente de Juventudes se hicieron cargo de diversas actividades en los pueblos de colonización. Una de ellas fue la organización de campamento de verano para hijos e hijas de colonos. La actuación de la Sección Femenina y del Frente de Juventudes se planificaba a través de los Hogares Rurales que impulsaban actividades variadas(22) de dinamizaron la vida de los pueblos especialmente de la población infantil, juvenil y femenina.

Conclusiones.

El proceso colonizador en Malpica de Tajo tuvo algunas características diferenciadoras peculiares ya que venía a sustituir al modelo comunitario de las Comunidades de Campesinos creadas y potenciadas en la II República.

La colonización contenía un notable componente político-social, usándose, de manera fundamental, como instrumento de reeducación ideológica(23), que degeneró, en sus inicios, en purga y represión ocasional sobre unos pocos individuos significados, ya presente en la selección de los colonos, liquidando la legislación y estructuras republicanas (contrarreforma agraria) en cuya "en última instancia latía la necesidad de mantener el orden socio-económico en el campo evitando la proletarización de los pequeños labradores (y sus funestas consecuencias para la estabilidad social), sin alterar las estructuras de propiedad existentes"(24) para restaurar el orden agrario tradicional. La mitificación y exaltación del campesino, idealización bucólica de la agricultura, "una forma de vida superior que es la esencia de las virtudes étnicas y nacionales" (soberanía del campesinado muy relacionada con el catolicismo social agrario), proporcionándole un acceso a la propiedad de la tierra que le sumistrase una forma estable de vida digna.

Desde el punto de vista meramente económico, podemos establecer dos etapas claramente diferenciadas. Desde los inicios del proceso colonizador, a finales de los años cuarenta, hasta principios de la década de los sesenta, los colonos y sus familias obtenían de los lotes asignados, con no poco esfuerzo y mucha dedicación, lo suficiente "para ir tirando", mantener a sus familias, ir amortizando la deuda con el Instituto para el acceso a la propiedad(25) y hacerse con una vivienda en propiedad. A partir de la década de los sesenta hubieron de asumir que la producción agrícola (instalada en una creciente mecanización y constante contención de los precios de sus productos) no proporcionaba los suficientes ingresos mínimos para sobrevivir y los colonos (y sus descendientes, que tendían fraccionar la superficie de los lotes originales por reparto de herencias) hubieron de buscar trabajos y empleos adicionales y la agricultura pasó a ser una segunda actividad alternativa(26). Comenzó el período de los años de la inmigarción a la capital, o al extranjero, en busca de trabajo. Con la construcción de la presa y canal de Castrejón y la conversión en regadío, a partir de finales de la década de los 60 y principios de los 70, la producción de las tierras, la mutación de cultivos (se arrancaron las olivas de los Olivares Viejo y del Vado para introducir cultivos de regadío, alfalfa en un principio y árboles, frutales, almendras y olivos, en la actualidad) y su valor experimentó un franco incremento, pero las superficies regadas de los colonos(27), eran tan exíguas e insuficentes que la medida no sirvió para invertir el sentido del proceso de progresivo abandono de la actividad agrícola y comenzó el cambio de propietarios (concentración de superficies) y continuó la inmigración, pero ... este período de la historia de Malpica de Tajo que, dada su complejidad, importancia y proximidad temporal merece un estudio sistemático que, tal vez, algún día se aborde.

Resumiendo, o resumido, ¿constituyó la colonización franquista un motor de progreso para Malpica de Tajo?, sí, sin duda(28). ¿Alteró o revolucionó la estructura de la propiedad de la tierra en Malpica de Tajo?, depende de con qué tiempo realicemos la comparación, si atendemos al estado de la distribución de la propiedad de la tierra anterior a la II República y la colonización franquista, evidentemente sí, si relativizamos a la estructura actual, según el último censo agrícola publicado en 2009, pues ..., no mucho(29). ¿La colonización consiguió que la agricultura constituyese el principal medio de vida de las familias de Malpica de Tajo (y Bernuy)? No creo necesario acudir a los datos estadísticos, piense, se pueden contar con los dedos de las manos las familias descendientes de colonos, que viven de la agricultura, ninguna de ellas exclusivamente de la superficie del lote que el Instituto les asignó a sus progenitores. ¿Habría cambiado algo la respuesta a alguna de las cuestiones anteriores si no hubiese existido el golpe de estado militar que desencadenó la Guerra Civil? Muy posiblemente no, problablemente se habría evitado mucho derramamiento de sangre y sufrimiento, pero, nunca lo sabremos.


(1) Cuyos objetivos eran: "Tres finalidades principales: primera, evitar el paro obrero en el campo (mediante el asentamiento de jornaleros en las tierras expropiadas); segunda, distribuir la tierra (expropiando las grandes fincas "señoriales" y los latifundios en manos de propietarios absentistas); tercera, racionalizar la economía agraria (disminuyendo el crecimiento de la superficie cerealista y devolviendo a los núcleos rurales sus antiguos bienes comunales, perdidos con las desamortizaciones del siglo XIX)". Dada su complejidad y sus revolucionarias intenciones fue de muy lenta y azarosa aplicación. >>

(2) El Decreto de 6 de agosto de 1811 promulgado por las Cortes de Cádiz suponía la incorporación a "la nación" de los señoríos jurisdiccionales de cualquier clase y condición. Este decreto fue incluido posterirmente en la Constitución de Cadiz de 18 de marzo de 1812 que fue derogada en los paréntesis absolutista de 1814 a 1819 y de 1823 a 1833, siendo restaurada en el período de 1820 a 1823 y, definitivamente, a partir de 1837 durante la regencia de María Cristina de Borbón. El efecto práctico y real de estas leyes, además de abolir privilegios, el vasallaje y los vasallos (que pasaron a ser sirvientes, peones y jornaleros), fue descargar a muchos nobles del gravoso ejercicio en que se había convertido la administracción de justicia (que se centralizó en el Estado) y al tiempo (con la cuanto menos artificiosa distinción entre señoríos juridiscionales y territoriales o solariegos) formalizar "sagrados derechos de propiedad" de las tierras, pasando a ser propiedad privada tierras de las que hasta entonces solo se poseía el disfrute y usufrcto de la propiedad territorial, que agravaron el problema social-agrario pues desmontaron el feudalismo (aboliendo el privilegio juridiscional) pero no modificaron la antigua estructura oligárquica del campo.

Distribución de quintos del Señorío de Valdepusa convertido en Comunidad de Campesinos en 1934 y quintos devueltos en 1940

Las fincas que se incautaron fueron: Bernuy (Alto y Bajo), los Vaqueriles (Bajo, del Medio y Alto), Jaral Bajo, el Peladillo, Sotillo, Corral Chico, Corral de Vacas, Ochavo del Aceite, Tapias, Hornaguera (Alta y Baja), El Rincón, la Coscoja, el Término, Corralejo, Huerta del Pensamiento, el Toconal, Plantío Nuevo, Toconal de San Sebastián, Prado, Huerta del Prado y Coronillas en Malpica. Jaral Alto, Magdalenas (Baja y Alta) y del Castillo en San Martín de Pusa. La finca Muelas del Castillo, en Cebolla y en Mesegar el Soto de Mesegar. Puede apreciarse la diferencia de superficie asginada a las comunidades de cada pueblo en el mapa coloreado (basado en el de Mazorra) en donde también esta sombreado de puntedo la superficie que después del la guerra civil, que provocó el golpe militar, se devolvió a D. Joaquín Fernández de Cordoba y Osma y la parte que se le compró. >>

(3) D. Joaquín Fernández de Cordoba y Osma (que ocupaba el octavo puesto en la clasificación de terratenientes) interpuso dos recurso en contra de las incautaciones, el primero fue desestimado por el Consejo de Reforma Agraria en julio de 1933 y el segundo, que también fue resuelto en su contra, fue presentado en agosto de 1933 y un escrito de aplazamiento de discusión de su expediente en noviembre del 1933. Por último recurre a la vía judicial presentando, el 14 de octubre de 1933, ante el Tribunal Supremo un recurso cuya resolución se extiende hasta octubre de 1934. >>

(4) En los Censos de Campesinos se establecieros distintos agrupamientos: 1º) Agricultores y ganaderos que no labrasen o poseyesen tierra alguna. 2º) Propietarios que contribuyeran con menos de cincuenta pesetas anuales por tierras cultivadas directamente o menos de veinticinco pesetas por tierras en arrendamiento. 3º) Arrendatarios o aparceros que explotasen menos de diez hectáreas de secano o una de regadío. 4º) Agricultores que deseasen asentarse en estas comunidades. >>

(5) Se adjudicaron 4 273 ha a Malpica, 1 713 ha a San Martín, 857 ha a San Bartolomé y 444 ha a Cebolla y Mesegar. >>

(6) Como puede verse en el artículo del periódico La luz expuesto más arriba, en una primera votación el escrutinio arrojó 195 votos a favor de una comunidad y 105 para más de una. En la segunda votación, cuyo asunto era fijar el modo de explotación, la forma colectiva obtuvo una mayoría de 196 votos contra 104. También se aprovecho la reunión para la elección del cabezalero y los dos síndicos, la candidatura formada por Candelas Pavón, Félix Villasivil y Sebastián Ollero obtuvo 197 votos, mientras que la encabezada por José Pavón, Fausto Sánchez y Julián Robles obtuvo 104 votos que, curiosamente coincide casi exactamente con los partidarios de la explotación colectiva frente a la individual. Después de un intensa jornada se dió por concluida la reunión a las 9 de la noche >>

(7)En la imagen siguiente tabulo los datos sobre la evolución de las comunidades de campesinos de Malpica extraídos del documento de Ángel Paniagua Mazorra. >>

Comunidades de Malpica extraídos del documento de Ángel Paniagua Mazorra

(8) Las superficies propuestas para su roturación y conversión en terreno de labor eran: 256 ha en los Vaqueril (Alto, Medio y Bajo), 200 ha en el Jaral Alto y Bajo, 130 ha en Casa de Vacas y Coronillas, entre 110 y 130 ha en Bernuy, 120 Ha en la Magadalena Baja y 58 ha en Hornaguera Alta. >>

(9) " Algunos autores, como ya he señalado, han hablado del proceso de «contrarreforma agraria» emprendido por los sublevados desde el comienzo mismo de la guerra civil. Sin embargo, en mi opinión, este planteamiento debe ser revisado. Si uno se limita al análisis de la legislación promulgada para devolver las fincas a sus antiguos propietarios, se obtiene la impresión de que fue un proceso ajustado a derecho (conforme a la nueva legalidad) y controlado por las nuevas autoridades. El propio término de «contrarreforma» tiende a confirmaresta impresión. Todo esto está muy lejos de la realidad. En mi opinión, el proceso fue una auténtica «contrarrevolución», con la ocupación de las tierras por sus antiguos propietarios sin apenas control por parte del Estado y con insuficiente regulación legal. Además, junto con las tierras, los antiguos propietarios se adueñaron de instalaciones, medios de producción, ganados y cosechas que no les pertenecían. No fue una contrarreforma, sino una violenta reacción en la que abundó la represión contra los colonos (incluso ejercida privadamente) y la apropiación indebida de bienes. (...) Según datos del Boletín del I.R.A., la extensión total de tierras que fue objeto de ocupación durante la República y la guerra civil, ascendió a unos 6,3 millones de hectáreas. Por otra parte, según mis investigaciones, la superficie que fue devuelta por el Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra, primero, y por el Instituto Nacional de Colonización, después, en base a las distintas disposiciones legales promulgadas al efecto, fue de 456.523 hectáreas (C. BARCIELA, 1986, pág. 401). Es decir, de los 6,3 millones de hectáreas que fueron objeto de ocupación por la reforma agraria republicana, incluido el período de la guerra civil, legalmente sólo fueron devueltas por los organismos pertinentes menos de medio millón de hectáreas . ¿Qué sucedió con los 5,8 millones de hectáreas restantes? La respuesta solo puede ser una. Exceptuando 11 fincas que suponían una extensión inferior a 18.000 hectáreas y que quedaron en manos del Instituto Nacional de Colonización, el resto, es decir, la práctica totalidad fueron ocupadas directamente por sus antiguos propietarios sin que mediara ningún proceso legal y sin ningún control del Estado. LA CONTRARREFORMA AGRARIA Y LA POLÍTICA DE COLONIZACIÓN DEL PRIMER FRANQUISMO, 1936-1959. Por Carlos Barciela Universidad de Alicante- De la publicación: Reformas y políticas agrarias en la historia de España. Serie Estudios. Ministerio de Agricultura, Pesca v Alimentación, Secretaría General Técnica (1996). >>

(10) Decreto de 18 de octubre de 1939 y publicado en el B.O.E. de 27 de octubre de 1939. Como se ha citado antes, en plena guerra civil, los insurgentes habían creado otro organismo, el Servicio Nacional para la Reforma de la Economía y Social de la Tierra que fue reemplazado posteriormente por el I.N.C. >>

(11) El I.R.Y.D.A. se creó por la ley de 21 de julio de 1971 publicada en el B.O.E. de 23 de julio de 1971. >>

(12) Publicada en el B.O.E del 6-3- 1940, se cita en sus primeros párrafos: El Instituto Nacional de Colonización, al crearse, ha tenido que recoger la desdichada herencia de un conjunto de ensayos de reformas sociales realizados sobre la tierra de España. Forzosamente ha de resolver los problemas técnicos y administrativos que las Leyes de Colonización y Parcelaciones han dejado pendientes en las fincas que fueron objeto de intervención, definitivamente vinculadas al Estado, pero, en cambio, no puede desviar su atención de la línea que le señala la Ley de Colonización de Grandes Zonas para atender al cúmulo de pequeños problemas que cada día se derivan de la explotación de aquellas que arbitrariamente ocupadas por virtud de la Ley de Reforma Agraria de mil novecientos treinta y dos, han continuado en la misma situación jurídica, ligeramente modificada, por virtud de la Ley de mil novecientos treinta y cinco y disposiciones posteriores a la iniciación del Glorioso Movimiento Nacional. Existe un escasísimo número de fincas cuyas características responden a las que se consideran precisas para la transformación revolucionaria de orden económico y Social que se persigue en la Ley de Colonización de Grandes Zonas, y, por tanto, resultaría inadecuado dejarlas a la libre disposición de los propietarios para someterlas,de nuevo, inmediatamente, a los preceptos de aquélla. Son éstas las únicas que deben seguir mereciendo la atención del Instituto Nacional de Colonización. En las restantes, la devolución está claramente aconsejada por dictados de justicia que obligan a poner término a la arbitrariedad que decretó su ocupación o por imperativos de orden económico, ya que debe constituir criterio fundamental no impulsar, ni intentar siquiera, el paso de arrendatarios a propietarios — finalidad única que en su línea de reforma persigue el nuevo Estado— mientras no se reúnan en las tierras afectadas el mínimo de condiciones necesarias para permitir un normal desenvolvimiento económico del cultivador, pues lo contrario sería, como dijera José Antonio: «Perpetuar la miseria de los que las labran». >>

(13) ¡Cuán escasa la extensión de tierra con que comenzaba la necesaria y urgente reforma agrícola y social de nuestra provincia! Lo que evidencia la contradiccción y ambivalencia del régimen para conciliar su decidido e incuestionable apoyo a la propiedad privada y su compromiso de reforma agraria que diera respuesta a la precariedad del campo español caracterizado por la concentración de la tierra en latifundios, que era cultivada por arrendatarios mediante la contratación del trabajo de una ingente masa de yunteros, peones agrícolas temporeros inmersos en una precaria existencia carentes de medios para vivir dignamente e incluso para subsistir. >>

(14) El Álamo (Pueblanueva), El Bercial (Alcolea de Tajo), Carvajal (Pueblanueva), Carneril (Pueblanueva), Corralero (Cazalegas), Cotanillo (Pueblanueva), Hijares (Pueblanueva), San Antonio (Pueblanueva), Santa María (Pueblanueva) y fincas de la zona Regable del Alberche (Canal bajo del Alberche). >>

(15) "Pensar que los propietarios, de manera absolutamente espontánea, iban a ofrecer al Estado precisamente aquellas tierras óptimas para emprender la colonización de las zonas en las que esta transformación podía proporcionar los mejores resultados, tanto económicos como sociales, resultaba muy poco razonable". LA CONTRARREFORMA AGRARIA Y LA POLÍTICA DE COLONIZACIÓN DEL PRIMER FRANQUISMO, 1936-1959. Por Carlos Barciela Universidad de Alicante. >>

(16) Los Berceales y Soto Dehesa Nueva (La Puebla de Montalbán), Canturias (Belvís de la Jara), Los Prados (Madridejos), Puente Biedma (Villarrubia de Santiago), Rinconada (La Puebla de Montalbán), Valdecebras (Villaminaya) y Vega Gorda (La Puebla de Montalbán). >>

(17) En la circular número 100 sobre los guarda jurados del campo se especifican en el apartado C, referido a las condiciones propuestas y nombramientos que "han de ser de reconocida buena costumbre, gozar de buena opinión y forma y acreditar adhesión absoluta y total al régimen mediante declaración jurada en la que se detallarán todas sus actividades políticas y privadas desde el primero de enero de 1934 hasta la fecha de la solicitud". La veracidad de estas declaraciones debía ser avalada por el alcalde, el cura, el jefe de la Falange y el comandante de puesto de la guardia civil del término municipal donde residía el solicitante. También queremos hacer notar que esto ocurría sobre todo al principio de la posguerra, posteriormente solo se le exigían en su adhesión al movimiento y realizar, en el caso del mayoral, un curso de formación de seis meses de duración que el Instituto organizaba en los centros existentes en Badajoz y Lérida. >>

(18) En mil novecientos cuarenta y siete, las escuelas de Malpica de Tajo recibieron una dotación de 25 tinteros de porcelana, 50 devocionarios, 23 catecismos de la doctrina cristiana, 250 cartillas corrientes, 100 cuadernos escolares, dos cajas de tiza de color, un paquete de tizas blancas, 15 cajas de lapiceros de color, cinco docenas y media de lapiceros negros, 25 palilleros escolares, una botella de tinta y 25 plumas. >>

(19) El maestro de Bernuy recibía 3000 pesetas anuales en 1952 y en 1957 esta cantidad se incrementó en mil pesetas anuales. >>

(20) El Instituto contribuía a los gastos de locomoción, que ocasionaba al sacerdote el desplazamiento a los núcleos donde habitaban sus colonos, de esta forma el cura de Malpica fue subvencionado en 1953 con algo más de once mil pesetas para que se comprara una moto que le ayudase en sus desplazamientos. >>

(21) La iguala establecida para los colonos de Bernuy fue de 20 pesetas mensuales y a partir de 1959 el colegio de médicos acordó que la igualdad mínima sería de 30 pesetas. >>

(22) Competiciones de fútbol, torneos de ajedrez, baile y representaciones teatrales, enseñanzas domésticas etc. fueron algunas de las actividades que en los Hogares Rurales se realizaron y fueron auténticos centro de formación y esparcimiento con que contaban los pueblos de colonización. >>

(23) Poco efecto habría de tener esa "bucólica reeducación ideológica" entre quienes "se habían deslomao segando de sol a sol" pero sí en las generaciones futuras que hubieron de abandonar el campo para subsistir e inmigrar a la capital en busca de una forma de vida alternativa. >>

(24) EL VIVERO ETERNO DE LA ESENCIA ESPAÑOLA. COLONIZACIÓN Y DISCURSO AGRARISTA EN LA ESPAÑA DE FRANCO. Alares López, GUSTAVO, UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA. (2010) >>

(25) Como hemos expuesto más arriba, aproximadamente la mitad consiguieron ese acceso a la propiedad en el período previsto de 30 años. >>

(26) "Cuando a finales de la década de los años cincuenta la economía española sufra un importante proceso de liberalización y la inversión exterior comience a fluir por unos mercados que comenzaban a desregularizarse, las opciones agraristas serán progresivamente relegadas. El sector agrario inició una profunda transformación hacia un modelo de agricultura de mercado basada en la tecnología de la Revolución Verde y, con el impulso de los tecnócratas a partir de los años sesenta, se incentivó un proceso de descampesinización. El dramático y masivo éxodo rural –junto a la inhibición del Estado en esta materia– no hizo sino constatar este profundo cambio en la política agraria franquista. Los propios teóricos del Ministerio de Agricultura abogarían por la destrucción del campesinado y de las pequeñas propiedades familiares, no rentables desde la perspectiva del industrialismo agrario. Para los tecnócratas vinculados al Opus Dei, el mundo rural pasó a ser contemplado como un lastre anacrónico para el despegue industrial y la expansión de la sociedad de consumo. De manera paralela, la política de colonización agraria sufrió una progresiva marginalización ante la emergencia de otras estrategias vinculadas a la inclusión de la agricultura en el mercado capitalista moderno, la modernización tecnológica y las nuevas necesidades económicas. La propia terminología aplicada por el régimen sufrió una paulatina pero significativa mutación, y las bucólicas referencias al labrador artesano de la época autárquica o al colono durante el apogeo de la política de colonización, fueron sustituidas por la más pragmática definición «empresario agrícola»." EL VIVERO ETERNO DE LA ESENCIA ESPAÑOLA. COLONIZACIÓN Y DISCURSO AGRARISTA EN LA ESPAÑA DE FRANCO. Alares López, GUSTAVO, UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA. (2010) >>

(27) Esta expansión del regadío fue "la zanahoria" con que se cameló a los grandes propietarios de la zona, para conseguir su aceptación de la colonización, que no su apoyo, al finalizar la guerra civil, pues son, en la práctica, quienes han experimentado un mayor incremento en la producción y el valor de sus tierras. >>

(28) Si echamos mano de al gún indicador que correobore esta afirmación, podemos fijarnos en las estadísticas del IRPF publicadas en el Instituto de Estadística de Castilla la Mancha (I.E.C.M), cuya tabla muestro má abajo (el estudio original puede verse en esta página) y en donde podemos ver que Malpica de Tajo se haya en la posición media 192 en cuanto a nivel medio de rentas, que no está mal si tenemos en cuenta que en Castilla la Mancha hay 919 pueblos. >>

Distribución del IRPF en Malpica de Tajo

(29) Como siempre que me es posible, suelo fundamentar mis aseveraciones en datos, muestro la tabla que, en base al último censo agrícola de 2009 publicado, elaboré y, para no caer en contradición, también, los razonamientos deductivos que aventuré en su día.

Tabla en que, según el censo agrario de 2009, se distribuye la superficie agrícola en Malpica de Tajo

En la primera columna se tabulan los intervalos de superficie agrícola en ha, en la segunda número de SAUs (propietarios), en la tercra el % de propietarios en cada intervalo, en la 4ª la superficie englobada en cada intervalo y en la quinta y última el porcentaje de dicha superficie respecto del total. "Para quien no tenga tiempo para entretenerse en estudiar los datos, aventuraré algunas deducciones, a partir de los datos del último censo del 2009 que es más completo al incluir datos no sólo del número de explotaciones por intervalo de superficie sino también la superficie incluida en en cada uno de los intervalos. Hay 21 explotaciones de más de 50 Ha (que suponen el 9'17 % del total de explotaciones) y que concentran una superficie de 4 662'18 Ha (que suponen el 70'70 % de la superficie total), luego parece razonable concluir que en Malpica de Tajo predomina el latifundismo. Abundando, entre las 6 explotaciones (no llega al 3 % de las explotaciones) de más de 300 Ha concentran una superficie de 4 662'18 Ha (el 43'71 % de la superficie total). ¡Para esta singladura no se necesitan tales alforjas!, ¿verdad?, antes de que lo corroboraran los números ya nos lo indicaba nuestra experiencia. El mayor porcentaje de explotaciones (18'78 %) corresponde a explotaciones en el intervalo entre 5 y 10 Ha, yo creo que debería distribuirse en el intervalo entre 10 y 20 Ha (parcelas de los colonos), como por debajo de este último intervalo se distribuye el 62'45 % del total de explotaciones es posible que los lotes inicialmente asignados por el Instituto Nacional de Colonización se hayan ido fragmentando, al ir desapareciendo los titulares originales, por reparto de la tierra entre sus herederos (haciendo, como es lógico y natural, caso omiso a las recomendaciones del Instituto)". Para más abundar en este tema puedes visitar esta otra página. >>

(30) "La corriente política tradicionalista había tomado el control del proceso educativo desde un principio a través del control del Ministerio de Educación Nacional con Ibáñez Martín, que sustituía en el cargo al también tradicionalista Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, que ostentaba el cargo de manera interina tras la dimisión de Pedro Sáinz Rodríguez en la primavera de 1939. Ibáñez Martín se convirtió en un útil puente entre las tendencias católicas más radicales que surgen de entidades como Acción Católica, La Editorial Católica o la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, asociaciones de carácter integrista, antirrevolucionarias y de un espíritu conservador radical. Para unir estas posiciones con las más moderadas, Ibáñez Martín se rodeó de un equipo de católicos de ambas tendencias que supo acometer y centralizar las actuaciones hacia posturas algo más contenidas, llevando a cabo una línea muy clara de actuación basada en la completa formación del profesorado, matizando cuidadosamente la orientación de ésta en virtud del tipo de alumnos que éstos podían tener a su cargo. Este punto será importante para entender la orientación educativa que se ejerció en los poblados realizados por el Instituto Nacional de Colonización pues, y como se ve en el artículo 11 de la citada Ley: “orientará a los escolares, según sus aptitudes, para la superior formación intelectual o para la vida profesional del trabajo, en la industria y el comercio o en las actividades agrícolas”, igualmente “la educación primaria femenina preparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industria doméstica”. Es decir, desde un primer momento se establece la división educativa en sectores de producción y de género, tal y como se desarrolla en las nuevas poblaciones, lugar donde esta políticas se hacen más evidentes. La orientación será católica, basada en el espíritu de sacrificio y trabajo como base para la futura estabilidad política y social del país." (...). LA EDUCACIÓN EN LOS POBLADOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE COLONIZACIÓN: TÉCNICA, MORAL Y GÉNERO. LA CÁTEDRA FRANCISCO FRANCO. Pablo Rabasco Pozuelo, Dpto. Historia del Arte Universidad de Córdoba . (2010) >>

(31) (...) "En cuanto a la justificación moral y los límites de las acciones llevadas a cabo por la iglesia, el texto (“La preocupación religiosa del INC”, firmado por el padre redentorista Vicente María Sordo) deja bien claro, no sólo el apoyo incondicional de Franco a estas actuaciones, sino la voluntad expresa de éste por seguir una línea que aparece indisociable entre el Estado y la propia iglesia católica:

“Es sumamente aleccionador lo que se preocupa del bienestar moral [se refiere a Franco] y religioso de sus colonos, esparcidos por todo el suelo de la Patria. No podía ser de otra manera en la España de Franco. Un Instituto Colonizador creado por su sugerencia, fomentado por su aliento y apremiado por su aplauso tenía que llevar, como todas las empresas de su gobierno, el sello de lo auténticamente español, que vale como decir, el sello de lo genuinamente católico.”

"(...) La formación religiosa de los colonos fue la verdadera razón y motivación de la iglesia en este proyecto. La creación de toda una obra misionera a través de los nuevos poblados no hizo sino dar por sentado las intenciones de la iglesia al auspicio del nuevo régimen y en comunión con sus intereses últimos:”El Instituto Nacional de Colonización trabaja sin descanso por hacer de su obra colonizadora una obra misionera”. Esta es una idea que está presente en el espíritu de toda la redacción y que nos habla, en primer lugar, del carácter paternalista del Estado, de la falsa consideración de creer que la ausencia de la práctica religiosa es igual a ausencia de moral y educación, y de asumir de antemano la situación de desamparo de esta población que, si bien puede desear una vivienda y unas tierras para vivir dignamente, no está pidiendo un sistema educativo basado exclusivamente en el catolicismo. Entendemos que dar aquello que no se pide es darse a uno mismo aquello que desea, expresando parte de su ideología impuesta; “Hasta el punto de que en pocas de las construcciones de la España de Franco, como en ésta, se puede evidenciar la verdad de la frase reveladora del Caudillo: Por la Patria, el pan y la justicia, bajo el imperio de la ley de Dios.”(..)

LA EDUCACIÓN EN LOS POBLADOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE COLONIZACIÓN: TÉCNICA, MORAL Y GÉNERO. LA CÁTEDRA FRANCISCO FRANCO. Pablo Rabasco Pozuelo, Dpto. Historia del Arte Universidad de Córdoba . (2010) >>

(32) A pesar de establecerse una selección previa donde primaban toda la serie de cualidades morales ya citadas, la Iglesia católica se vio en la necesidad de potenciar su labor a través de un programa de misiones.(...). Ante esta situación, el INC se puso en contacto con los Padres Redentoristas, misioneros por regla, para hacerles cargo de esta labor. La realidad es que las intenciones no fueron realmente las de llevar a cabo misiones en el sentido propio de la palabra, pues como señala el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, el término de “misión” es: “Tierra o lugar en los que se lleva a cabo la evangelización de personas no creyentes o que no conocen la religión cristiana.”, y esto no fue exactamente lo que ocurrió, ni describe la situación en la que se encontraba la población rural española, profundamente católica en su mayoría. Se trataba más bien de realizar actos litúrgicos en aquellas poblaciones que no tenían aun los medios físicos para realizarlas o en aquellas que no podían ser atendidas por sus respectivas diócesis: “No siempre lo consigue [se refiere al colono que quiere acudir al culto]. Las dificultades que crea actualmente en España la escasez de clero, las toca el Instituto muy de cerca y las procura obviar como mejor puede”. Malpica sí disponía de cura en estas fechas pero "(...) las primeras misiones fueron llevadas a cabo en Malpica de Tajo en la provincia de Toledo y en Ballobar en la provincia de Lérida." Ibidem. >>

(33) Los antecedentes hay que buscarlos en el año 1931, cuando se crea, por Decreto de 29 de mayo de 1931 el Patronato de Misiones Pedagógicas, con una clara determinación de hacer llegar a las regiones rurales y zonas más olvidadas de la nación “el aliento del progreso y los medios de participación en él, en sus estímulos morales y en los ejemplos del avance universal, del modo que los pueblos todos de España, aún los apartados, participen de las ventajas y gozos nobles reservados hoy a los centros urbanos”. Realmente la Institución tenía como principales puntos de intervención el hacer llegar a estas zonas rurales apartadas, y mediante programas puntuales, una serie de actos culturales que iban desde proyecciones cinematográficas a audiciones musicales, lecturas poéticas o exposiciones. A la cabeza de estos programas estuvieron personalidades de la importancia de Pedro de Salinas, Antonio Machado, o Bartolomé Cossío. El espíritu de la institución se resume en el siguiente texto: parte de la introducción a la normativa de creación de este organismo:

(…) La república estima que es llegada la hora de que el pueblo se sienta partícipe en los bienes que el Estado tiene en sus manos y deben llegar a todos por igual, cesando aquel abandono injusto y procurando suscitar los estímulos más elevados. De esta suerte podrá abreviarse la obra siempre lenta que la educación pública va logrando mediante la aplicación de recursos conocidos, cuyo influjo se irá acentuando cada día. Hay en este propósito, además del beneficio que la enseñanza nacional pueda recibir, el deber en que se halla el nuevo régimen de levantar el nivel cultural y ciudadano, de suerte que las gentes puedan convertirse en colaboradores del progreso nacional y ayudar a la obra de incorporación de España al conjunto de los pueblos más adelantados. Con ello también se contribuirá a valorar y desenvolver virtudes raciales de dignidad y nobleza que han influido de manera decisiva en el establecimiento de la República mediante la admirable manifestación de espontánea y ejemplar ciudadanía.” >>

(34) Los arrendatarios indemnizados de Malpica de Tajo eran: Valentín Sánchez-Cabezudo Tostón, Leopoldo Sánchez-Cabezudo Tostón, Eusebio Villegas Blanco, Sagrario Villasevil Tejeros, Felipe Cuesta Mora, Faustino Sánchez-Cabezudo Casado, Valeriano Jerez Sánchez-Cabezudo, Santiago Pavón Jerez, Gabriel Escalonilla Montoya, Quintín Sánchez-Cabezudo Tostón, Pedro Moreno Villasevil, Lupicinio Sánchez-Cabezudo Tostón, Ricardo del Valle Tostón, Valeriano Sánchez-Cabezudo Tostón, Raimundo Sánchez-Cabezudo Resino, Moises Sánchez-Cabezudo Tostón, Silvestre Sánchez-Cabezudo Resino, Justiniano Hormigos Montoya, Tomás Cedena Montoya, Wenceslao Camacho Bautista, David Cedena Montoya, Florentino Fernández Bautista, Dionisio Sánchez Moreno, Calixto Esteban Román, Felipe Gómez Vargas, Camilo López Montoya, Santiago López Rojas, Paulino del Valle Pavón, Gregorio Marín Pazos e Isaac Mata Tejeros. >>

(35) A raíz de la charla-coloquio de Paco Corral sobre este tema ofrecida en el Centro Cultural de Malpica de Tajo el 12-11-2022, se identificaron algunas de las personas que aparecen en las fotos de este reportaje de Josefina Carabias, cuyos nombres muestro en esta página. >>


Bibliografía y webgrafía

Reforma y colonización agraria: la intervención oficial en la comarca de Valdepusa 1932-1987”, de Ángel Paniagua Mazorra, Revista de Estudios Geográficos, tomo XLIX, nº 192, (1988)

“El Instituto Nacional de Colonización. Repercusiones de la política agraria franquista en Talavera y sus tierras”. Imelda Sánchez Sánchez: Ayuntamiento de Talavera, (2002)

La Reforma Agraria de 1932 en Valdepusa (I). La Incautación, Arsenio Talavera Almendro, 6 febrero, (2022).