Antecedentes de la creación del Señorío de Malpica y Valdepusa

 

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Circunstancias en la creación del Señorío Malpica y Valdepusa*

La familia de Fernán (o Fernando) Gómez de Toledo tenía ascendencia mozárabe1) procedente de la conquista de Toledo por Alfonso VI (rey de León) allá por el 1085, su antepasado era Ataf Ben Lanbazar (Melendo aben Lampader según otros autores), alguacil alcalde en 1129. Sus padres fueron Gómez Pérez, alguacil de Toledo, fallecido hacia 1295, y Orabuena Armíldez; sus hermanos eran María Gómez, casada con Tel García de Meneses, alguacil mayor, y Gutierre Gómez, arzobispo de Toledo 2) .

Dña María de Molina

En 1295 Fernán Gómez de Toledo entra al servicio de la reina María de Molina y es nombrado Notario Mayor de Toledo, cargo que se crea expresamente para que él lo desempeñe y sigue gozando de la confianza de la reina hasta 1301.

El 6 de septiembre de 1301 la bula del papa Bonifacio VIII daba por válido el matrimonio de Sancho IV y María de Molina y consecuentemente su hijo Fernando IV se convertía en un rey legítimo, ante este reconocimiento sus enemigos (con el infante Enrique a la cabeza y los apoyos de Jaime II de Aragón y el infante don Juan) cambian de estrategia e intentar enfrentan a Fernando IV con su madre, para separarle de su tutela y consejo y manejarle a su antojo.

No era torpe la maniobra, pues el monarca, joven y débil de carácter, sería un juguete de los aduladores en cuanto le faltase la asistencia y el apoyo de su madre3) .

D. Enrique y don Juan Núñez prosiguen con su intriga sucesoria y, mediante el intermediario el caballero Gonzalo Gómez de Caldelas, invitan a Fernando, gran aficionado a la caza, a una cacería de cuatro días en León, en donde está el infante Juan que será el encargado de sembrar la discordia entre el hijo y la madre. Se consigue el permiso materno con el único aviso de que vuelva a tiempo para ir juntos a Vitoria, pero como pasan los cuatro días y Fernando no regresa, retenido con halagos y falsas promesas de tomar el gobierno del reino junto con tío don Enrique y la aquiescencia del infante don Juan, mientras continúan la conspiración difamando a la reina haciéndole creer que el viaje de su madre a Vitoria no era simplemente para arreglar los ausntos de Navarra, sino para tratar con Felipe de Francia acerca del matrimonio de la infanta doña Isabel, la primogénita, con Alfonso de la Cerda, el pretendiente y de este modo arrebatarle a Fernando los reinos de Castilla y León 4) .

Entonces la reina María de Molina manda a uno de sus consejeros, Fernán Gómez de Toledo, para informarle de la conjura y hacerle regresar de vuelta a su lado pero Fernando IV atrae a Fernán Gómez a su séquito y corte, pasando de la corte de la madre a la del hijo y le nombra Camarero Mayor sin menoscabo del título de Notario Mayor de Toledo5) .

En julio de 1303 D. Fernán fue el enviado por el rey, junto al judío don Samuel, a la corte del nuevo rey de Granada, Muhammad III, con el fin de alcanzar un acuerdo de paz en la frontera de ambos territorios. Por el tratado, que fue ratificado por Fernando IV en Córdoba, Tarifa quedó del lado castellano y Granada conservó Alcaudete, Quesada, Bedmar y otras plazas que habían conquistado los granadinos en sus enfrentamientos con Castilla y, a cambio, el rey granadino se reconocía vasallo del castellano, comprometiéndose a pagar cuantiosas parias, y Castilla conservaba la plaza estratégica de Tarifa6) .

Fernando IV

Un año más tarde nos encontramos a Fernán Gómez de Toledo ejerciendo funciones diplomáticas (acompañando a Diego García de Toledo, canciller del Sello de la Paridad) para negociar con la corona de Aragón el cese de las hostilidades entre Jaime II (que quería entronizar en Castilla a su candidato Alfonso de la Cerda) y Fernando IV, con el arbitraje de del rey de Portugal, el infante don Juan y don Jimeno, arzobispo de Zaragoza. Estas negociaciones tripartitas terminaron con el acuerdo de la llamada Sentencia Arbitral de Torrellas en 13047) a resultas de la cual se acordaba repartir el reino de Murcia entre Castilla y Aragón pudiendo los caballeros toledanos ejercer el privilegio de repartir las tierras murcianas según su personal criterio.

También intervino Fernán Gómez, como representante real, junto con Alfonso Pérez de Guzmán, en las negociaciones, para evitar que la contienda con la nobleza rebelde (encabezados por don Diego López de Haro y don Juan Núñez de Lara y apoyados por Jaime II de Aragón) se enquistara, logrando el compromiso de una entrevista personal con el monarca y María de Malina, que se celebró el 13 de junio de 1306 en Pancorbo en la que se firmó un acuerdo de paz mediante el cual el rey se comprometía a entregar a los nobles las tierras y heredades confiscadas durante el conflicto a cambio de volver al servicio real. Pero el acuerdo fue efímero pues un año después, en las cortes de Valladolid, los nobles y los representantes ciudadanos, solicitaron la dimisión de D. Fernán Gómez y D. Diego García y como les fuera denegada, la nobleza volvió a sublevarse, consiguiendo, el infante don Juan y don Juan Núñez, que encabezaban a los rebeldes, en las conversaciones llamadas "vistas de Grijota" (Palencia) la destitución inmediata y el alejamiento de la corte de sus consejeros privados, accediendo Fernando IV a renovar casi todos los oficios cortesanos ante el temor a un levantamiento del estamento de la nobleza, aunque lamentando haber tenido que alejar de su lado a Diego García de Toledo y a Fernán Gómez de Toledo8) , terminando así la carrera de D. Fernán Gómez de Toledo en la corte, aunque conservando su título de Camarero Mayor y consiguiendo que su hermano, Gutierre Gómez, fuese nombrado, a intercesión de Fernando IV, arzobispo de Toledo, aunque "avía en la iglesia otros omes más letrados".9)

Durante su servicio a la monarquía consiguió la concesión de extensos territorios, entre ellos el de Malpica de Tajo con exenciones para atraer pobladores al lugar10) , luego ya tenemos el gérmen del señorío de Malpica creado y en vías de repoblación concediéndosele tal privilegio a D. Fernán Gómez de Toledo.

Alfonso XI

Tras el ascenso al trono de Alfonso Xl, en 1326, sigue manteniendo el oficio de Notario Mayor del reino de Toledo.

Murió el 23 de octubre de 1331, siendo enterrado en la parroquia de San Antolín.

Su lauda sepulcral reza:

"AQUÍ YAZE FERNÁN GÓMEZ CAMARERO MAIOR DEL REY DON FERNANDO QUE DIOS PERDONE FIJO DE DON GÓMEZ ET FINO XXIII DIAS DE OCTUBRE ERA DE MCCCLXIX ".

Y se conserva en el monasterio de Santa Isabel, antigua parroquia de San Antolín, donde la familia poseía su capilla funeraria. 11)

La esposa de D. Fernán Gómez, Teresa Vázquez de Acuña, ya viuda, fue designada, en 1334, aya del infante don Pedro (futuro Pedro I)12) , ella es quien va introduciendo en la corte a sus familiares, Gómez Pérez como Despensero Mayor, Pedro Suárez como Camarero Mayor, Gutirre Fernández como Guarda Mayor, y su sobrino Pedro Suárez “el mozo” era el Repostero Mayor.

La numerosa descendencia de Fernán Gómez de Toledo y Teresa Vázquez de Acuña se mantuvo al servicio directo de los reyes Alfonso XI, Pedro I y, más tarde, de Enrique II. Aunque la vida y obra de todos los hijos del citado matrimonio (y sus descendientes) son muy interesantes y tuvieron gran influencia en su época, por cuanto a nosotros afecta voy a centrarme solo en el primogénito, Gómez Pérez, que es alguacil de Toledo en 1323, cuando su padre hace testamento y más tarde fue introducido por su madre, junto a sus hermanos en la corte del infante don Pedro, ocupando, cuando éste fue coronado rey en 1350, el cargo de despensero mayor.

Se casó con Teresa Alfonsa hija del amigo de su padre, Diego García de Toledo, y murió en 1351, siendo enterrado por mandato propio en hábito franciscano en la capilla de la citada iglesia de San Antolín.

Sus cinco hijos fueron, el primogénito Diego Gómez, que continuará el linaje, alcalde mayor de Toledo y Notario Mayor del reino de Toledo en época de Pedro I, Gutierre Gómez, prior de la Orden de San Juan en Castilla y Gran Maestre de la Orden de Alcántara, Suer Gómez, arzobispo de Compostela, Teresa Vázquez, casada con García Fernández Manrique, y Pedro Suárez de Toledo "el mozo", repostero del rey.

Por la misma razón explicitada más arriba me centro a su vez en el primogénito y continuador del linaje (en esta página expongo un árbol genealógico), Diego Gómez de Toledo quien comenzó su carrera política de mano de sus tíos, altos oficiales de la corte del infante don Pedro y fue armado caballero de la Orden de La Banda en 1348. Entre 1352 y 1353 ejerce de caudillo de los escuderos del cuerpo del rey participando en la detención del noble Alfonso Femández Coronel, encastillado en su villa de Aguilar, acusado de traición y ejecutado y de cuyos bienes el rey donó a Diego Gómez el señorío de Casarrubios del Monte en 1352.

En 1354 participó en las "vistas de Tejadillo” en aquella localidad de Zamora en la que los nobles y caballeros, que se oponían a la política del monarca y a su separación de la reina Blanca de Borbón, con quien había contraído matrimonio y a quien quería abandonar para seguir con su compañera María Padilla, capitaneados por Enrique de Trastamara demandaban la renovación de los cargos de la casa del rey y la expulsión de los privados que, en este momento, pertenecen a la familia de Pedro Suárez, su hermano Gutierre Fernández, camarero mayor, que habla en aquella entrevista con los nobles, en nombre del rey, su hijo Pero Suárez el mozo, que fue copero mayor del rey, y su sobrino Diego Gómez, notario mayor del reino de Toledo En aquella entrevista no se llegó a un consenso y la nobleza se sublevó contra el rey.

También tomó parte D. Diego Gómez en la llamada "Guerra de los Dos Pedros", recibiendo como recompensa el señorío de Valdepusa, en 1357, por los servicios prestados tanto por su familia, por su abuela, el aya del rey Teresa Vázquez, como por él mismo haciéndole también concesión de la villa de Arroyomolinos, que pasará a su hijo Pedro Suárez III. Ahora ya tenemos que el señorío de Valdepusa cuyo privilegio de repoblación se concede a D. Diego Gómez de Toledo se crea de forma independiente del de Malpica que ya ostentaba su abuelo D. Fernán Gómez de Toledo, aunque hay que precisar que D. Diego ya poseía parte de las tierras del señorío de Valpusa adquiridas por herencia, donación, permuta o compra.

Pedro I el Cruel

El tercer hijo de Fernán Gómez, tío de D. Diego Gómez, Gutierre Fernández era en 1351 alcaide del alcázar de Talavera, y por ello fue quien detuvo y encarceló en esa fortaleza, en nombre del rey, a doña Leonor, madre de su hermanastro Enrique de Trastamara. Allí el rey la mandó asesinar, teniendo responsabilidad directa en el ajusticiamiento.

También fue su tío Gutierrez Fernández el responsable de la caída en desgracia de la familia pues después de la derrota de Araviana, se entablan conversaciones de paz en Tudela, en 1360, entre Castilla y Aragón y el rey castellano envió como procurador a Gutierre Fernández, y el rey aragonés al vizconde de Cabrera. Como no se llegara a acuerdo alguno, el castellano, sin contar con el parecer del rey, intentó dividir al adversario, negociando separadamente con uno de sus enemigos, el infante don Fernando, hecho que fue interpretado por Pedro I como síntoma de traición, que dio por concluidas las negociaciones y ordenó a Gutierre ir a la villa de Alfaro, donde fue encarcelado y mandado ejecutar, enviando su cabeza al rey. Su muerte afectó políticamente a toda su familia. Su hermano, el arzobispo de Toledo don Vasco, fue obligado a exiliarse a Portugal, su sobrinos Gutierre Gómez, prior de San Juan en Castilla fue encarcelado y Diego Gómez, que se encontraba entonces defendiendo la frontera de Murcia, hubo de refugiarse en Aragón, aunque eso mismo año de 1360 fue perdonado y nombrado alcalde mayor de Toledo en sucesión de su decapitado tío.

D. Diego Gómez, junto a Pedro I interviene en la reanudada guerra con Aragón, durante la cual, ocupa el castillo de Teruel, hasta el 28 de marzo de 1366, en que el rey ordena abandonar las plazas fuertes tomadas al reino de Aragón, y junto a él, se retira a Toledo. En la ciudad el rey se hospeda en casa de Diego Gómez y su mujer Inés de Ayala, de origen alavés y hermana del canciller Pedro López de Ayala, y allí conoce a Teresa, la hija, de 13 años de edad, a quien deja embarazada y de la que tendrá una hija ilegítima13) María de Ayala o de Castilla. Teresa posteriormente se casó con don Juan Núñez de Aguilar, del que enviuda en 1384 sin tener descendencia y al quedar viuda, Teresa ingresó en el monasterio de Santo Domingo el Real, donde llegó a ser priora, como su hija María.

Dos meses más tarde, Enrique de Trastamara, que se ha coronado rey en Burgos, dirige sus tropas hacia Toledo. En el interior de la ciudad se produce una división entre los caballeros partidarios de Pedro I y los de Enrique II. Es el momento en que Diego García, que tiene a su cargo la defensa del Alcázar y Puente de Alcántara, decide cambiar de bando, y hace valer su cargo de alcalde y la solidaridad de linaje, para imponer al maestre de Santiago, la entrega de la ciudad al nuevo rey. Gracias a esta maniobra, Enrique II le confirmará en sus oficios de Notario Mayor del reino de Toledo y Alcalde Mayor de Toledo, siendo uno de los beneficiarios de sus mercedes, ya que le donó todas las propiedades y privilegios que habían pertenecido a su tío Gutierre Fernández. A cambio Diego Gómez sirve al nuevo monarca en su guerra contra Pedro I, siendo uno de los caballeros que, en 1368, asedian la ciudad, vuelta a las manos de los partidarios de D. Pedro14) .

Enrique II el Fratricida

Después de la guerra civil, Diego Gómez se instala definitivamente en su ciudad de origen ejerciendo como Alcalde Mayor y administrando sus señoríos de Casarrubios del Monte, Valdepusa y Arroyomolinos, concedidos por Pedro I, por juro de heredad, así como las propiedades que habían pertenecido a su tío Gutierre, confirmadas por Enrique II, quien además, le donó para él y para sus herederos, cuantiosas rentas en metálico sobre el almojarifazgo de Sevilla, el portazgo de Quijorna sobre la madera de Ribadeo, sobre el almojarifazgo de Sevilla, sobre los derechos de la Puerta de Bisagra, y sobre el señorío de Vizcaya. Su patrimonio se completó con la adquisición del señorío de Móstoles a su hermano Gutierre Gómez, prior de la orden de San Juan en Castilla, y la compra de bienes raíces en Toledo, Talavera, Illescas , Mazarabuzaque y Olías.

Viuda a partir de 1375, Inés de Ayala sigue contando con el apoyo de Enrique II, quien, según el documento de 4 de mayo de ese año, le otorga, por una carta de privilegio dirigida a los alcaldes y alguaciles de Toledo, hacer una alcaicería donde, en exclusiva, habrían de venderse en la ciudad todos los paños de color. Y, asimismo, tener un mesón «donde posen los mercaderes que trajesen paños», de forma también obligada. Este monopolio, que reportó pingües rentas a doña Inés y a sus herederos -su hija Teresa y el monasterio de Santo Domingo el Real-, venía justificado por los muchos servicios que hizo Diego Gómez al monarca. Cualquier «alfayate, corredor o tractador» que comprase o vendiese paños al margen de esta alcaicería de doña Inés, incurriría en una pena de 600 mrs., de los cuales ella se llevaría 400 y el denunciante 20015) .

Veinte años después de la muerte de D. Diego Gómez en 1375, se realiza, en 1395, el reparto de su patrimonio (inciado ya en 1379 el reparto en ocho partes entre su mujer y siete hijos) entre sus dos hijas Dña. Teresa y Dña Sancha, pues los varones ya habían fallecido, (sobre medio millón de maravedís, solo en propiedades), de este reparto cito únicamente la parte de Dña Aldonza de Ayala, por cuanto nos atañe: Casa fuerte de Malpica "con todos sus vasalloss del dicho lugar et término, et con toda la jurisdiçión et justiçia et señorío de él", con todas las viñas, olivares, molinos, lagares, tinajas, tierras de labranza, montes, árboles de Malpica, Valdepusa, Fornaguera, Bernuy, Navalmoral y Chozas, bocas del Cedena y Pusa, con la barca de Bernuy16) .

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*) Una aproximación al contexto histórico, social y político que propicaron la concesión de los priviligios para repoblar el señorío de Malpica y Valdepusa. Basado en el estudio de MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR sobre "Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV". >>

1) Morárabe era el término cristiano con los conquistadores designaban a los cristianos hispanovisigodos que se habían quedado en Al-Ándalus a convivir con los árabes en los terrenos conquistados por estos, adoptando los usos y costumbres de los dominadores árabes. >>

2) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, pp. 14 y 15. >>

3)Mercedes Gaibrois y Riaño de Ballesteros: Un episodio de la vida de María de Molina, p 21. >>

4) Ibídem, p. 24. >>

5) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, p. 15. >>

6) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, p. 15. >>

7) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, pp. 11 y 16. >>

8) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, p. 16. >>

9) ROSELL, C., "Crónica de Fernando IV", Crónicas de los Reyes de Castilla, p. 165. >>

10) GONZÁLEZ, J.: Repoblación en Castilla La Nueva. Madrid, Universidad Complutense, 1975. vol. 1. . 371. >>

11) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, pp. 16 y 17. >>

12) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, pp. 16 y 17. >>

13) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, p. 33. >>

14) En aquella época los reyes se apoyaban en y se servían de los nobles y caballeros más poderosos e influyentes de la zona que deseaban anexionar a su control tomándolos a su servicio en la corte y exigiéndoles prestar determinados servicios a cambio de la concesión de privilegios sobre algunos territorios conquistados, sus moradores y posesiones, modelo que a su vez estos señores aplicaban para controlar sus feudos, favoreciendo y premieando las adhesiones incondicionales por encima incluso de lazos de sangre, sentimentales o de amistad. Régimen de control feudal no muy diferente, en esencia, del que impera aún hoy en día en muchos lugares y puestos de trabajo, regidos por la influencia, el caciquismo, clientelismo y el amiguismo. >>

15) BALBINA CAVIRÓ MARTÍNEZ: doña Inés de Ayala, p 127. >>

16) MOROLLÓN HERNÁNDEZ, PILAR: Caballeros toledanos al servicio de los reyes en el siglo XIV, p. 35. >>