El río Tajo pasa por Malpica de Tajo
Los baños en el río
- Baños en el río: Parece lógico suponer que las aguas del Tajo se usasen antiguamente para regar, beber y lavar el cuerpo (a partir de finales del XVIII pues antes no estaba bien visto y se consideraba perjudicial para la salud), los animales y los enseres domésticos, pero bañarse por diversión solo se popularizó a partir del XIX. Tengo entendido que los baños colectivos se generalizaron en Malpica a partir de la Segunda República. Yo he conocido, disfrutado, cinco zonas principales de baño, la "playa del otro lado", en los alrededores del puente, y el "muro", "la tabla alrededor del Peñón" (de menor profundidad en la chorrera por encima y con mayor profundidad en la tabla posterior), "los palos" al otro lado enfrente de la iglesia y junto al antiguo embarcadero, "el brazo de la fuerza" al lado de lo que después se conocería como "gravera de Lucio" y delante la "Fuente de los tres Caños".

1) La zona más concurrida era, sin duda, "el otro lao" en donde nos dábamos cita la mayoría de los bañistas del pueblo y de los pueblos de los alrededores, sobre todo Cebollanos ("El Cojo" era un cebollano muy popular que solía llegar a primeras horas de la mañana, y que, con sus muletas, "se acercaba", más en busca de palique y entretenimiento que para refrescarse, andando desde el pueblo vecino) y Erusteños; en su época álgida se desplazaban incluso autocares repletos de forasteros como si de una playa marina o de pantano se tratase, que montaban sus "hatos" y hogares, incluso, a veces, instalando tiendas de campaña con la intención de pernoctar durante el fin de semana. En la primera cincuentena del pasado siglo XX la mayoría de los bañistas eran hombres que solían bañarse "en cueros"1) pero con el paso de los años y el progreso de la igualdad entre sexos, comenzaron a ir al baño también las mujeres y hubo que dividir la zona de baño y vestuarios en dos partes, la de la derecha (mirando al pueblo) para los hombres y la de las mujeres (que entonces se bañaban con camisón o camisola y no fue hasta después, sobre la década de los 50, en que se normalizaría y extendería el uso del bañador y el bikini) a la izquierda para no someterse a las lascivas miradas masculinas que atentaban contra la moral.
En el otro lado existían a su vez unas zonas bien conocidas, de límites indeterminados pero con características diferenciales que sesgaban el tipo y/o edad de los bañistas:
- Zona 1) Las zonas de cambio de vestimenta o vestuarios en donde, quien así lo decidía, solía cambiarse la ropa de calle por el traje de baño y viceversa. Como hemos citado a la derecha estaba el vestuario de los hombres y a la izquierda el de las mujeres.


- Zona 2) Los arenales, que servían de gradas o zona de estancia, observación, espera, socialización, comedor y juegos:














- Zona 3) La pequeña y cambiante isla de arena y grava y su zona circundante (hasta la barranquilla de la derecha en que la profundidad y corriente era algo mayor y solía estar colonizada por las raíces de los álamos) que era la zona común, baño de la chiquillería con la atenta vigilancia de sus progenitores, de los más timoratos/as, exhibicionistas o de "postureo" como se dice ahora, cotillos/illas y contemplantes que muestro en las fotografías siguientes:






- Zona 4) La zona de las primeras cepas en las cuales la mayor fuerza de la corriente, debido al efecto Venturi, socavaba la arena y había algo más de profundidad:



En la siguiente foto puede apreciarse el estado actual de la zona en donde se formaba la isla y playa de arena y primera cepa, si tomamos como referencia las franjas horizontales podremos evaluar de manera aproximada la profundidad. En la segunda foto, la base de las cepas de cemento ahora a la vista y bañadas por el río, antaño estaban cubiertas por la arena que conformaba "los arenales".


- Zona 5) La zona "del Palo" enfrente de la Fuente de los tres Caños, en que un palo seco, varado hacía años, servía de trampolín y referencia, y era el segundo estadio y sitio más concurrido después de la isla:























En la imagen siguiente puede apreciarse el estado actual de la zona del "Palo" cubierta de una frondosa mata de espadaña que, paulatina pero progresivamente, va fijando la tierra y ganando terreno al, estrechando y profundizando el, cauce.

- Zona 6) El Muro y los gaviones de piedra que flanquean la orilla del río hasta el "muro viejo" se construyeron para evitar que el río socavase aún más los cimientos y la muralla de la zona Noreste del castillo. En el plano de planta que Fermín Caballero levantara en su manuscrito " Descripción Histórica, Cronológica, Estadística y Topográfica del Marquesado De Malpica", en 1828 se puede observar como parte de la muralla bañada por el Tajo está derruida y sumergida en las aguas.

En el plano de 1882 del Instituto Geográfico Estadístico en que se dibuja la primera planta del castillo de Malpica de Tajo ya parece estar levantado el muro o reparado el hundimiento, luego el Muro debió construirse (a falta de documentación que nos saque de dudas) en ese intervalo temporal de 1829 a 1882.

En la foto siguiente del 1914, perteneciente al Fondo Goñi. AHP Guadalajara, y tal vez realizada desde el puente original, que se había construido en 1893, puede observarse el muro ya levantado pero no los gaviones de la orilla luego estos debieron de construirse posteriormente tal vez después de la reconstrucción del puente, en 1945, que había sido volado en la guerra civil del 36.

Al principio solo se bañaban en el muro, la zona de mayor profundidad, los nadadores avezados capaces de desafiar la fuerza de la corriente del Tajo y cruzar a la otra orilla a nado. Dependiendo del caudal del río y de la pericia del nadador, el cruce hasta el muro se realizaba en dos rutas más o menos fijas, una en línea recta de la playa al muro y otra que discurría paralela al puente hasta llegar a la altura del espacio entre las dos penúltimas cepas sumergidas y nadar a favor de corriente, pasando por los restos de hierro de la voladura del puente hasta atracar en la esquina que dividía los dos muros, por la que solía accederse a su parte superior, pero la auténtica dificultad consistía en volver contra corriente, así que muchos optaban por dirigirse corriente abajo hasta Los Palos y volver a la playa andando por el camino que bordeaba la parcela del duque de Arión que solía entonces estar sembrada de alfalfa.

Pero para los novatos las dificultades no terminaban con el acceso, uno vez allí, los mayores solían gastar novatadas tirándolos al agua desde lo alto del muro, si no querían lanzarse a la orden de "¡muro limpio, todos al agua!" (normalmente cuando divisaban a alguna chica a quien intentaban impresionar) que significaba que todos los presentes debíamos lanzarnos al agua en cadena, unos en salto de cabeza en picado y otros en "bomba" y después comenzaba la guerra de zampuzones por cuadrillas de amigos o afinidades o fobias. En lo de saltar al agua usando el muro como "trampolín" había auténticos especialistas, Julián y su hermano Teófilo (que había recibido un curso de socorrismo), Quini y su hermano Fulgencio (son algunos de los que recuerdo) que realizaban picados altos y entradas verticales perfectas en la superficie del agua y otros, por contra, siempre preferían la típica "bomba" de culo. Otra de los entretenimientos frecuentes era cruzar el muro, a lo largo, debajo del agua para ver quien terminaba el recorrido en primer lugar o sumergirse hasta sacar un puñado de arena del fondo o ver quien aguantaba más tiempo bajo el agua.
Con la arrivada de las chicas, recuerdo a las pioneras, Justi Corral y algunas de sus amigas, Mari Carmen y sus hermanas Sagrario y Elena, Tori y su hermana Elvira,..., las costumbres no se alteraron, se seguían haciendo las mismas machadas o más, pero las conversaciones, normalmente sobre chicas, sí se volvieron menos machistas.
Pero el Muro no solo era una zona de baño también constituía una magnífica zona de pesca. A mano solo recuerdo haber visto pescar a Valentín "Aguanta" cuyas sumergidas, en la cueva del muro chico, cuya entrada estaba protegida con estacas de madera semipodridas y de la que se decía que comunicaba con las mazmorras del castillo (desde mi desconocimiento lo dudo ya que según el plano de Fermín Caballero estas se situaban justo en el extremo opuesto), se nos hacían interminables; nosotros practicábamos, desde el muro, inmejorables, inolvidables e irrepetibles jornadas de pesca con caña en los comienzos de otoño cuando, después llover (entonces solía llover pronto y bien en otoño), volaba la hormiga de ala que recebaba el cauce, Valeriano, Pepe "el Cuadrao", Jandri y yo bajábamos por la verja de hierro, lo gaviones adelante hasta bajar al muro en donde pescábamos en batería, dejábamos caer la línea y el anzuelo, con una hormiga de ala prendida en la esquina superior y abandonada a la corriente, casi siempre, antes de llegar al final del muro, ya había picado algún barbo.

En la siguiente foto puede verse el estado actual de la zona del muro

2) En la zona del Peñón solían bajar bastantes mujeres a lavar la ropa y los utensilios de cocina y tambien era una zona frecuentada de baño, en la chorrera superior, de menor profundidad, para los niños y noveles y la tabla inferior, de mayor profundidad para nadadores experimentados.


3) La zona de la Fuente de los Tres Caños que al ser la zona de mayor corriente, por entonces, hubo de construirse unos gaviones para evitar la erosión de la orilla y tenía una melga de bastante profundidad.

4) La zona del brazo la fuerza. Muchos días, a partir del inicio de las vacaciones estivales, por San Pedro, mis amigos y yo pasábamos la mayor parte del día en el río Tajo desde entrada la mañana a eso de las diez, y después de un corto paréntesis para comer, quedábamos a las tres en el bar y continuábamos por la tarde, hasta la postura del sol, en el río. Cuando de mañana llegábamos al otro lado, íbamos andando con la cámara de una de las ruedas de los tractores de entonces, propiedad de Julián, hasta el "brazo la fuerza" desde donde corriente abajo nos deslizábamos nadando o subidos en la cámara hasta el Muro.
A este paraje también solía llevar, ya con coche, a bañarse y lavarse a mi abuelo y al tío Vence sobre todo cuando llegaba la fiesta de las Nieves.
También constituía un buen sitio de pesca con caña y un frecuente y utilizado lugar de acampada y merienda.
5) Otras zonas.


Por aquel entonces incluso contábamos con un servicio de paseo en barca a motor que prestaba el tío "Cagueto"; curiosamente ahora que el río está contaminado solemos usar piraguas, entonces no se conocían, que son menos contaminantes y con las que, al tiempo, se hace ejercicio.





Desde unos pocos años antes y ya en los 70 comenzó el río a notarse algo sucio, consecuencia de la contaminación procedente del desarrollismo urbano e industrial que estaba experimentando la capital de España, nos decían -aún hay hoy quien lo defiende- que era el precio a pagar por el desarrollo y la modernidad, qué conceptos de modernidad y desarrollo, me pregunto, se pueden considerar por tales, sin sopesar y tomar en consideración las consecuencias inmediatas o a largo plazo para contaminar y eutrofizar un ecosistema como el del río Tajo que, aunque infinitamente más importante, solo se contemplaba, y contempla, como un canal de agua en el que deshacerse de multitud de inmundicias. Puedo entender que ni la sensibilidad, ni los conocimientos, ni la legalidad de entonces puedan equipararse y/o juzgarse con los de la forma de pensar actuales, pero es que los patrones de conducta ecológica imprescindibles para asegurar y mantener la adecuada y necesaria salud del cauce, hoy también son sistemáticamente conculcados y violados hasta la saciedad.
Ya se presentaban, en aquellos años 70, casos aislados de erupciones cutáneas, sarpullidos, infecciones gástricas, etc. cuya causa cabe pensar que radicaba en la progresiva contaminación, por vertidos, que venía experimentando el Tajo y que desembocó en la prohibición del baño en el Tajo en toda la provincia de Toledo, por la elevada contaminación de sus aguas, el 19 de junio de 1972 cuando el gobernador de Toledo promulgó una normativa de Sanidad por la que se prohibía el baño en el río Tajo.
Inundaciones, avenidas y crecidas
Hasta los años cincuenta del pasado siglo XX, el Tajo era un río muy bravo que registraba fuertes crecidas en épocas de lluvias, y más aún cuando un temporal de lluvia seguía a una temporada de nieves. La construcción de los pantanos de Entrepeñas, que almacena aguas de la cabecera del Tajo, y de Buendía, que retiene las aguas del Guadiela, principal afluente de su curso alto, fue el motivo por el que posteriormente y en la actualidad no haya crecidas fuertes y destructivas exceptuando puntuales temporales de fuertes lluvias2). Durante la segunda mitad del siglo XIX destacan las inundaciones del 8 de enero de 1856, 6 de diciembre de 1876, que se publicita en el artículo y fue la de mayor magnitud de tiempos modernos, la de 1885, la de 1895 y la del 8 de diciembre de 1899.

Ya en el pasado siglo XX se registraron bastantes avenidas, la prensa se hacía eco de un temporal en diciembre del 1927:

Pero tal vez la más importante fuese la del 7 marzo de 1947 que inundó el Sotillo y llegó a rodear la Fuente de los Tres Caños por su parte superior externa, también hay que citar la del 24 de febrero de 1955 en que se ahogaron, al volcar la lancha neumática, desde la que cazaban patos, el hijo primogénito, del conde de Mayalde (Director general de Seguridad en el 39 y alcalde de Madrid del 52 al 65), el marqués de Corvera y su primo, el marqués de Astrillas, y la crecida del 29 febrero de 1964 que al final resultó ser una falsa alarma (se avisó de que abandonáramos el pueblo y subiésemos a los Cerrillos, pero al final no fue muy caudalosa la inundación).
Ahogados en el río Tajo en Malpica de Tajo
El río también se ha cobrado su macabro tributo pues en él han ocurrido algunos ahogamientos. Paco Corral en este artículo da cuenta de dos ahogamientos anotados en el registro municipal en los años 1872 y 1877 que fueron enterrados, por el avanzado estado de putrefacción, "in situ", en donde fueron encontrados los cuerpos.
En la prensa figura una noticia de julio de 1926 sobre dos decesos:

Y otro hallazgo del año siguiente:

Amplia repercusión tuvo en la prensa de la época el ahogamiento, durante la crecida del 24 de febrero de 1955, al volcar la lancha neumática desde la que cazaban patos, del hijo primogénito, del conde de Mayalde (Director general de Seguridad en el 39 y alcalde de Madrid del 52 al 65), el marqués de Corvera y su primo, el marqués de Astrillas

Recuerdo después, en 1967, el rescate de Heliodora por Teófilo Sánchez-Cabezudo, con 14 años, lo que le mereció la concesión del reconocimiento de la "Operación Plus Ultra":

Y el postrer deceso, que recuerdo, ocurrió en el muro, el ahogado fue el joven Venerando "Pugi" cuyo cadáver fue encontrado encallado en la vegetación del pico de la isla de la "Lamea de Nicomedes".
Los baños en los arroyos
El Cedena y el Pusa eran también cauces muy frecuentados para lavar la ropa, bañarse y pescar (a mano, con caña y algunas otras artes de pesca menos "legales", sobre todo al final del invierno y durante la primavera); en el Cedena constituían unas míticas zonas de pesca para la boga y el barbo las tablas o charcones que discurrían desde el pasil de los Chortales hasta su desembocadura en el Tajo, sobre todo el tramo final, desde el Pasil del Torrejón hasta la desembocadura, en donde la mayoría de los pescadores de entonces (chicos y grandes) hemos vivido irrepetibles, increíbles e inolvidables jornadas de pesca hasta la desaparición de las especies autóctonas por la irresponsable (por no usar un calificativo más adecuado e impetuoso) introducción en los cauces públicos de especies depredadoras alóctonas (esta es otra triste y lamentable historia que tal vez abordemos algún día) que han terminado por despoblar el Tajo y los arroyos. En el arroyo Pusa solíamos pescar desde el charcón de la raya del Peladillo hasta su desembocadura siendo muy populares los charcones de "Ochavo" (el salto del ángel) y de "Merejo", la chopera de "Ranchero", el charcón de "Marrangua y los tubos (ya posteriormente), los charcones delantero y postrero al puente de Bernuy y los cercanos a la desembocadura, a partir de la "Boquilla". Como zona de baño se utilizaban al aumentar los rigores de la calor del verano, en los charcones más accesibles y profundos, que solían coincidir con las zonas de pesca, utilizados sobre todo por los muchachos y muchachas, a donde se iba, antes de la difusión y universalización del automóvil, en bicicleta y las cuadrillas que iban de merienda a los frescos sotos, costumbre que suele seguirse hoy en día aunque obstaculizada por el estado salvaje de la vegetación de todas las orillas de los arroyos que dificulta, si no impide, el acceso a las orillas del cauce. Como no quiero que esta nostálgica exposición, sobre cuyo tema podría explayarme largo y tendido, se convierta en una perorata termino citando que los arroyos también han experimentado avenidas y crecidas estacionales importantes (cada vez menos frecuentes y aparatosas por la escasez de lluvias) con la acumulación de las aguas de lluvia3).


1) En alguna ocasión he oído contar que un cura de nombre D. Timoteo, yendo en bicicleta a decir misa a Mesegar, al pasar por el puente, se percató de que la mayoría de los jóvenes que en el río estaban, se bañaban "en pelotas" y al conminarles a que se pusiesen un taparrabos y ver que le hacían el mismo caso que "si dijera misa" se quejó al alcalde de entonces que prohibió esa práctica tan obscena bajo pena de satisfacer multa y sufrir calabozo. >>
2) La crecida del Tajo más reciente ocurrió en los primero días de septiembre del 2023, en esta página muestro algunas fotos tomadas en fechas posteriores. >>
3) Fotos de la últimas arroyadas de los arroyos y el reguero de Valseco, tomadas el día 20-01-24 (San Sebastián) se muestran en está página. >>